Banco del Bienestar: ¿inclusión financiera o simulación oficialista?
A pesar de ser conocido por operar la dispersión de apoyos sociales del gobierno federal, el Banco del Bienestar busca ahora posicionarse como una opción abierta para toda la población. Con una promesa de inclusión financiera, la institución permite a cualquier persona mayor de edad abrir una cuenta de ahorro con un depósito inicial de apenas 50 pesos, sin necesidad de estar inscrito en programas sociales.
La narrativa es simple: una cuenta accesible, sin costos ocultos, que ofrece tarjeta de débito, historial crediticio y conexión eventual con una Afore. Basta con acudir a alguna de las más de 3 mil sucursales en todo el país con documentos básicos —INE, CURP, comprobante de domicilio— para entrar al sistema bancario. Lo que no se menciona tan fácilmente es el contexto más amplio: el uso político de las instituciones financieras del Estado en tiempos de transición electoral y con una reforma bancaria en el horizonte.
El banco de los programas sociales
Desde su creación, el Banco del Bienestar ha sido la columna vertebral para la dispersión de recursos de programas como pensión para adultos mayores, Jóvenes Construyendo el Futuro o becas Benito Juárez. En la práctica, opera como la plataforma financiera del gobierno federal, convirtiéndose en el vehículo mediante el cual se entrega el dinero que sostiene parte del respaldo popular de Morena en amplios sectores de la población.
El discurso de “inclusión financiera” ha servido también como un escudo retórico ante cuestionamientos sobre su operación, falta de infraestructura adecuada, y los múltiples reportes ciudadanos de fallas constantes, largas filas, cajeros sin dinero o sucursales cerradas en zonas rurales.
Una banca sin competencia real
La posibilidad de abrir una cuenta con 50 pesos suena atractiva, especialmente en un país con más de 30 millones de personas sin acceso a servicios bancarios formales. Pero el trasfondo es más complejo: ¿se trata realmente de inclusión financiera o de una estrategia de control político a través del dinero?
Las cuentas del Banco del Bienestar permiten al gobierno un control absoluto sobre el flujo de recursos públicos entregados a ciudadanos. Esta concentración plantea preguntas legítimas sobre transparencia, vigilancia institucional y uso electoral de los padrones beneficiarios.
Además, su operación como banco comercial aún enfrenta limitaciones técnicas y estructurales: sin banca móvil funcional, con deficiencias en su red de cajeros y con reportes constantes de errores en dispersión, el Banco del Bienestar se mantiene como un proyecto de gran ambición pero ejecución desigual.
El rostro financiero del proyecto político
Más allá de lo técnico, el Banco del Bienestar encarna una apuesta ideológica: crear una banca pública con lógica de bienestar y no de lucro, lo cual rompe con el paradigma neoliberal que ha gobernado al sistema bancario mexicano durante décadas. Pero como todo proyecto estatal, su éxito o fracaso no puede medirse sólo en anuncios o en accesibilidad. El verdadero reto está en su capacidad de operar con eficiencia, autonomía y sin ser usado como instrumento clientelar.
Hoy, cualquiera puede abrir una cuenta en el Banco del Bienestar con 50 pesos. Lo que queda por ver es si esa cuenta servirá para construir libertad financiera… o sólo para consolidar la dependencia política de los de abajo hacia los de arriba.