Scooters con placas: el nuevo frente regulatorio de movilidad en Puebla
PUEBLA, Pue. (apro).– A partir de este día, todo usuario de scooter, bicicleta o motocicleta eléctrica que utilice su vehículo como medio de transporte habitual en calles poblanas deberá portar placas de circulación. La medida, anunciada por la Secretaría de Movilidad y Transporte (SMT), abre una nueva etapa de regulación estatal, no exenta de polémica y preguntas pendientes.
La disposición —que excluye usos recreativos, dentro de espacios cerrados o zonas peatonales— se justifica bajo el argumento de “ordenar su uso en la vía pública” y garantizar la seguridad de los usuarios, en medio de un creciente número de accidentes viales relacionados con estos vehículos ligeros.
Una medida a contrarreloj
La SMT informó que en los próximos días se darán a conocer los requisitos, plazos, puntos de registro y lineamientos técnicos necesarios para la portación obligatoria de placas. Mientras tanto, los usuarios —muchos de ellos trabajadores que encontraron en los scooters eléctricos una alternativa económica ante el alza en el transporte público— se enfrentan a la incertidumbre de no saber si serán sancionados en lo inmediato.
La dependencia estatal ha insistido en que el enfoque es preventivo y busca mejorar la seguridad vial. Sin embargo, no es menor que esta regulación surja sin consulta previa con colectivos de movilidad urbana ni estudios técnicos públicos que justifiquen los alcances de la medida.
¿Solución o medida punitiva?
El crecimiento del uso de scooters eléctricos en Puebla es reflejo de una tendencia nacional: jóvenes estudiantes, repartidores, trabajadores independientes y personas sin acceso a automóvil han encontrado en este medio de transporte una opción eficiente, accesible y sustentable.
Para organizaciones como Movilidad Segura Puebla o Ciclistas Urbanos de la Angelópolis, regular no debe ser sinónimo de castigar. “Una política pública seria comienza por garantizar infraestructura, respeto al ciclista y rutas seguras, no por imponer placas sin ofrecer alternativas”, han declarado en ocasiones anteriores.
Además, queda la duda sobre la capacidad operativa de la SMT para registrar, clasificar y fiscalizar cientos o miles de nuevos vehículos en un corto plazo, sin colapsar sus servicios o dejar vacíos legales que puedan derivar en abusos o corrupción.
Puebla se suma… sin resolver lo básico
Con esta acción, Puebla se suma a otras entidades como CDMX, Nuevo León y Jalisco, que han intentado regular el creciente parque vehicular eléctrico ligero. Sin embargo, expertos advierten que muchas de esas experiencias han fracasado por no acompañar la regulación con inversión en infraestructura ciclista, campañas educativas o esquemas de apoyo para usuarios de bajos ingresos.
Mientras tanto, la SMT ha hecho un llamado a la ciudadanía para mantenerse informada a través de sus canales oficiales. Pero lo cierto es que, hasta ahora, no hay claridad sobre cuándo ni cómo se aplicarán sanciones, lo que deja a miles de usuarios en un limbo normativo.
La intención de ordenar el espacio vial puede ser legítima. Pero si no va acompañada de un enfoque de derechos, participación y movilidad inclusiva, corre el riesgo de convertirse en otra medida de escritorio: bienintencionada en el discurso, pero torpe en la calle.