Del reelecto frustrado al Concejo Municipal: Pedro Luis Cruz Bonilla toma Cuautempan
La política en Puebla tiene un curioso mecanismo de reciclaje. Cuando un funcionario es desplazado por escándalo, omisión o ausencia, no se abre paso a nuevas figuras, sino que se recurre a viejos conocidos del sistema. Es el caso de Pedro Luis Cruz Bonilla, ex presidente municipal de Ahuacatlán, quien ha sido designado presidente del Concejo Municipal de Cuautempan, tras la disolución del gobierno local encabezado por el petista Gerardo Cortés, hoy prófugo de la justicia.
Cruz Bonilla no es nuevo en el ajedrez político regional. Fue alcalde de Ahuacatlán con el respaldo de Morena en 2021, y aunque intentó reelegirse en 2024, no logró su cometido en las urnas. Pese a ello, su retorno a la escena pública no tardó: ahora encabezará un Concejo Municipal en Cuautempan, un municipio en crisis política y con vacíos de poder que podrían convertirse en tierra fértil para la discrecionalidad administrativa.
¿Un perfil técnico o político?
El currículum lo respalda formalmente: ingeniero civil por el Instituto Politécnico Nacional (IPN), generación 2004-2009, con maestría en Administración Pública por la Universidad IEU, y experiencia como director de obras públicas entre 2011 y 2014. Pero lo que se omite en los boletines institucionales es el contexto en el que ocurre su designación: un Concejo nombrado por decreto, tras el colapso político de un gobierno municipal vinculado a presuntos actos de corrupción o negligencia grave.
El Concejo Municipal no fue electo por el voto, sino por la necesidad de llenar un vacío con rapidez. Y en esa lógica, el perfil de Cruz Bonilla encaja: lealtad partidista, experiencia en obra pública y habilidad para navegar entre administraciones. Es, en términos coloquiales, “de confianza”.
Entre lo técnico y lo político: ¿quién gobierna Cuautempan?
La llegada de Pedro Luis puede leerse como un acto de control institucional: evitar que el caos derivado de la huida de Cortés se traduzca en parálisis. Pero también abre dudas sobre la voluntad real de transformar las prácticas que llevaron al colapso del ayuntamiento. ¿Será Cruz Bonilla un gestor transitorio o un operador político disfrazado de administrador?
En Puebla, los Concejos Municipales suelen operar en la sombra, sin el escrutinio que enfrentan los ayuntamientos electos. La rendición de cuentas es mínima, las decisiones se concentran, y los contratos se firman sin oposición interna.
Cuautempan necesita orden, sí. Pero también necesita vigilancia ciudadana, transparencia y límites. De lo contrario, el municipio no habrá cambiado de rumbo, solo de timonel.