Cabeza logo

header ads

Gobiernos colapsados y concejos designados

Gobiernos colapsados y concejos designados: Ahuazotepec y Cuautempan, bajo control del Congreso hasta 2027

Por José Herrera

23 de junio de 2025

Cuando la ingobernabilidad se institucionaliza, el Congreso actúa. No por iniciativa, sino por presión. Así ocurrió este lunes, cuando con 31 votos a favor, 2 en contra y 4 abstenciones, el Pleno del Congreso del Estado de Puebla aprobó la disolución de los ayuntamientos de Ahuazotepec y Cuautempan y designó a sus respectivos Concejos Municipales, que gobernarán hasta 2027.

Una solución que suena técnica, pero que es, en los hechos, un parche político para municipios marcados por el abandono, la corrupción y el vacío de poder. Ahuazotepec quedó acéfalo tras la renuncia en cascada de su Cabildo y el retiro definitivo del edil Alfredo Ramírez, alias “La Yerba”; mientras que Cuautempan arrastraba una crisis institucional tras la huida del alcalde petista Gerardo Cortés, hoy prófugo, con cateos en sus propiedades y una población exigiendo orden.

¿Quién gobernará?

El Congreso nombró como presidente del Concejo en Ahuazotepec a José Luis Cuevas Galindo, acompañado por una planilla de 9 miembros propietarios y 9 suplentes. En Cuautempan, Pedro Luis Cruz Bonilla, exedil de Ahuacatlán y operador político de Morena, fue ungido presidente del Concejo, junto con 9 integrantes y sus respectivos suplentes.

Ambos concejos no fueron electos por la ciudadanía, sino designados por decreto legislativo. La democracia, en estos casos, fue sustituida por la “estabilidad institucional”.

Renuncias y fugas: la otra cara del poder municipal

En Ahuazotepec, las renuncias comenzaron desde el 5 de junio, tras la solicitud de licencia de “La Yerba”, quien salió del cargo por “motivos personales”. En realidad, lo que dejó fue un vacío político sin respaldo ni estructura. La mayoría de los regidores se sumaron a la desbandada. Lo que no pudo la oposición, lo logró el hastío.

En Cuautempan, las cosas fueron más graves. Desde el 30 de mayo, miembros del Cabildo y sus suplentes abandonaron funciones, a excepción de dos regidores presuntamente vinculados al alcalde prófugo. El pueblo, literalmente, pidió intervención del Congreso. La sindicatura asumió provisionalmente, pero el caos era insostenible.

¿Concejos o simulacros de gobierno?

Si bien los concejos garantizan continuidad administrativa, también abren la puerta a decisiones opacas y sin control ciudadano. Sus integrantes fueron nombrados, no votados; tienen presupuesto, pero no auditoría inmediata; ejercerán funciones por casi dos años, sin campaña, sin oposición, sin contrapeso.

¿Quién vigilará sus decisiones? ¿Con qué legitimidad operarán cuando la población ni siquiera los conoce? ¿Quién garantiza que no se conviertan en operadores electorales rumbo al 2027?

Los concejos, en teoría, restauran el orden. Pero en la práctica pueden convertirse en figuras decorativas o en plataformas para nuevas redes de poder. En Cuautempan, la sombra del morenovallismo aún ronda. En Ahuazotepec, los apellidos repiten, se alternan y se reciclan.

Lo que pasó hoy en el Congreso no es una victoria de la democracia, sino el síntoma de una debilidad estructural: cuando el poder local se desmorona, la solución no es fortalecerlo, sino reemplazarlo por decreto.