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Cuerpo en el agua: la muerte sin nombre en San Pedro Zacachimalpa

Cuerpo en el agua: la muerte sin nombre en San Pedro Zacachimalpa

Por José Herrera


PUEBLA, Pue.— En un pozo olvidado, dentro de una planta tratadora de agua abandonada, entre hierba alta y concreto agrietado, apareció el cuerpo sin vida de un hombre. Sin nombre. Sin historia oficial. Con rastros de violencia que hablan por sí solos.

Ocurrió anoche, en la junta auxiliar de San Pedro Zacachimalpa, a unos metros del Tecnológico CU2, en una zona donde los servicios urbanos llegan a medias y la seguridad pública llega tarde… o nunca. La antigua tratadora de agua, ahora convertida en escombro público y refugio de nadie, fue escenario de una muerte que no figura todavía en boletines oficiales ni agendas de justicia.

Lo que sí se sabe es que el cuerpo estaba dentro de un registro de agua, como si alguien quisiera que se perdiera entre drenajes y silencio. Las lesiones —no descritas aún por la autoridad— apuntan a un homicidio. Uno más de esos que no provocan conferencia de prensa ni operativo especial. Uno más que irá directo a la carpeta de “persona desconocida”.

El hombre sin nombre

En Zacachimalpa no es raro encontrar terrenos baldíos ni pozos sin función. Lo que es raro es que alguien busque ahí. Lo que es más raro aún, es que alguien encuentre.

Los peritos llegaron entrada la noche, luego de la llamada de un vecino que vio “algo flotando”. Para cuando llegaron los agentes, el cuerpo ya llevaba horas allí. Y mientras los uniformados trataban de acordonar, la noticia circulaba en grupos de WhatsApp como parte del menú diario: asaltos, ejecutados, robos menores, y cadáveres en terrenos olvidados.

Nadie lo reconoció. Nadie dijo su nombre. Nadie preguntó si tenía familia. Porque en barrios donde la pobreza y el miedo son rutina, los muertos ajenos se ven con distancia y resignación.

Zona gris

En teoría, Puebla es una ciudad con cámaras de videovigilancia, patrullaje mixto y fiscalía especializada. En la práctica, hay registros como el de Zacachimalpa que no registran nada, salvo el olvido. La antigua tratadora de agua quedó como un vestigio de alguna promesa incumplida, ahora ocupada por la maleza, los desechos y, esta vez, un cadáver.

La policía investiga, dicen. Pero lo cierto es que hasta esta mañana, la identidad de la víctima sigue siendo desconocida, y la hipótesis más firme es que fue asesinado y arrojado al pozo, como si eso bastara para hacerlo desaparecer del todo.

El cuerpo fue rescatado, pero su historia sigue sumergida. Otra muerte sin rostro en una ciudad que apenas si voltea a mirar. Porque en Puebla, los espacios públicos abandonados no sólo acumulan basura: también son contenedores de tragedias anónimas.