Claudia Sheinbaum: la primera mujer presidenta de América del Norte
Isaac Palestina
Claudia Sheinbaum será la primera mujer en ocupar la presidencia de México, un hecho histórico no solo para el país, sino para todo el continente americano, y particularmente para Nuestra América en los términos de José Martí, es decir para nuestra identidad latinoamericana.
Claudia Sheinbaum asumirá la Presidencia de México con una mayoría abrumadora: 24 gubernaturas, mayoría en el Congreso de la unión, mayoría en más de 27 legislaturas y con gobiernos en más de mil municipios a nivel nacional, en Puebla gobierna más de 130 municipios de 217.
Esta concentración de poder es una oportunidad histórica para transformar el país, pero también conlleva una responsabilidad enorme. Es imperativo generar consensos amplios y profundos, no sólo en términos legislativos, sino fundamentalmente sociales.
El "bono democrático" que Morena ha acumulado debe convertirse en un motor de transformación humanista. No se trata solo de tener una mayoría legislativa; se trata de encabezar un gobierno que garantice los derechos de todos y todas, y que priorice a los sectores más marginados de la sociedad “las y los más pobres”.
Además, Sheinbaum hereda el legado de la Cuarta Transformación, de un presidente igual de inaudito, Andrés Manuel López Obrador, continuar con su liderazgo es un reto de identidad. El desafío será evitar caer en las prácticas del pasado, como el reciclaje de perfiles del viejo régimen que durante décadas reprodujeron un sistema excluyente y clientelar.
No podemos olvidar el camino que ha hecho posible esta transformación, según un reportaje de Alba Espejel para esta casa editorial, el informe "Fue el Estado" del Mecanismo para la Verdad y el Esclarecimiento Histórico documentó más de 8 mil casos de violaciones graves a derechos humanos cometidas por el Estado entre 1965 y 1990. Esta vergonzosa cifra nos recuerda que Morena debe reivindicar su identidad como un movimiento democratizador, y no ser una agencia de colocación de reciclaje de perfiles que formaron parte de ese oscuro pasado. La Cuarta Transformación debe honrar a las víctimas del autoritarismo y la represión, construyendo un gobierno que ponga en el centro la dignidad y los derechos humanos, ni perdón ni olvido ¡justicia!
Claudia Sheinbaum tiene la posibilidad de construir el segundo piso de la Cuarta Transformación, es decir, estamos ante el nacimiento de un régimen de paz, bienestar y justicia social, que no puede perderse en la dinámica electorera o de una simple lucha del poder por el poder. 01-10-2024
@IsaacPalestinaD