Fauna Política
Al
que no le guste el calor que no se meta a la cocina
Por Rodolfo Herrera Charolet
En el año 1999 fui fundador[1]
de Convergencia por la Democracia Partido Político Nacional (CDPPN) con un
logotipo muy bonito pero complicado, con una gama de 23 colores distintos, algo
que recordar en mis debates y defensa del escudo y el tamaño que debería tener
en las boletas electorales, en virtud de que era rectangular. Cuando pasó a
llamarse simplemente Convergencia, estaba a un paso de colgar la militancia
partidista para aventurarme a quehaceres menos decepcionantes, la política te
muestra la verdadera cara de las personas y en ocasiones los amigos son de
mentiritas.
Sin embargo con las siglas de CDPPN en
el año 2000 fui fundador del Consejo General del Instituto Electoral del Estado
(IEE) como representante el Estado y en el 2001 su primer Secretario General,
tras buscar un espécimen de la fauna política poblana como Presidente, encontré
a un cuadro priísta arrumbado entre los sótanos del CDE del Partido
Revolucionario Institucional, cuando era presidente en el Estado, el
melquiadista e hijo de un connotado político; Víctor Giorgana Jiménez.
La salida de Humberto Gutiérrez
Manzano, no afectó mucho a las filas priístas, pero aportó un excelente cuadro
a Convergencia (aún con el nombre largo), desde luego que Dante aprobó de
inmediato la incorporación y designación del expriísta como presidente de su
partido en Puebla, lo conocía ampliamente y de alguna forma habían coincidido
en varias ocasiones dentro de las filas tricolores; quizás cuando Humberto fue
delegado del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) en Baja
California y fue investigado cuando mataron a Luis Dolando Colosio Murrieta en
Lomas Taurinas, territorio a su cargo.
A Humberto lo conocí cuando era
Secretario General de la Federación Nacional de Organizaciones Populares en
Puebla (FNOC-CNOP) y coincidimos en un curso impartido por el CISEN en la
Ciudad de México, en la época que Colosio era presidente del Comité Ejecutivo
Nacional del PRI.
Así que en Dante, desde entonces, observé
un amplio conocimiento de la fauna política nacional, misma que rebasó la frontera
veracruzana. Aliado del PRD no me costó mucho migrar de las filas perredistas
hacia el ahora llamado Partido Naranja, ser su representante, secretario
general y posteriormente primer diputado al H. Congreso del Estado. Una carrera
meteórica que en mis 20 años en el PRI nunca logré y que en el PRD se
entorpeció un poco, por la vorágine imperante de las tribus perredistas, una de
ellas había logrado enviarme a la Comisión Nacional de Garantías y Vigilancia, por
el pecado (según ellos) de haber dicho que eran caníbales. Pero siendo justos
al reclamo, diré que eran muy sensibles a los dichos y publicaciones
periodísticas, más que a las balas y encarcelamientos que sufrieron más de
medio centenar de luchadores sociales, algunos de ellos amigos míos asesinados
en el gobierno de Manuel Bartlett Díaz y fungía como presidente nacional del
PRD, el flamante Andrés Manuel López Obrador, quien ante mi reclamo y exigencia
de esclarecer, tres cruentos homicidios, ocurridos todos durante mi gestión
como dirigente en el Estado, simplemente me miró con aquella expresión de las
figuras de palo que abundan en los templos.
Dante Delgado, Cuauhtémoc Cárdenas y
otras figuras de la fauna política de izquierda, motivaron mi participación de
este lado de la balanza, oposición responsable a costa de sufrir las
adversidades de quien ejerce el poder. Así que a bordo de un camión que nos
trajo a Puebla, con motivo de la campaña presidencial de Cuauhtémoc Cárdenas
Solorzano en el año 2000 con la Alianza por México[2],
tras descender del autobús y ser aclamado por la muchedumbre, bajé entre la
comitiva con aquel aire de triunfador, que renace de entre los muertos, pero
ahora con la representación de CDPPN, los eternos dirigentes de las tribus
perredistas no tardaron en darse cuenta, entre ellos un esquirol del movimiento
estudiantil poblano y que a decir del periodista Federico Chilián Orduña, no es
santo de su devoción, acusándolo de innumerables improperios y que ante sus
reclamos, Jorge Méndez Spíndola prefiere callar.
Apenas cinco años antes Dante Delgado
Rannauro había salido de la cárcel y ya aspiraba a tener un partido nacional
como tercera vía. Al hombre educado y de buen trato lo conocí años después de
haber tenido contacto con su madre, tras ser perseguida, al igual que Dante,
por su sucesor en el gobierno veracruzano, Patricio Chirinos Calero, quien lo
acusó injustamente en 1994 por desvío de fondos por 450 millones de pesos,
siendo encarcelado por un año y tres meses en las instalaciones del penal de
Pacho Viejo en Coatepec, Veracruz; fue suelto de todos los cargos en su contra,
además de ganar una demanda por daño moral al Estado mexicano. En aquellos días
estudiaba la maestría en derecho fiscal y había dado mi opinión en un asunto
que me llevó años después a ser fundador de la Academia Veracruzana de Derecho
Fiscal.
Con esa motivación y ejemplos claros
de lucha, abandoné las tribus perredistas e incursionar en la tercera vía. Sin
duda muchos momentos de satisfacción, cuando la adversidad es entendida como
parte del juego político, porque al que no le guste el calor que no se meta a
la cocina.
¿O
no lo cree usted?
[1] Fundado el 1 de agosto de
1999
[2] La Alianza por México de 2000 fue una coalición electoral de México
que conformaron el Partido de la Revolución Democrática, el Partido del Trabajo,
Convergencia, el Partido Alianza Social y el Partido de la Sociedad
Nacionalista para participar en las Elecciones de 2000 y que postuló como su
candidato a la presidencia a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.