El negocio en los Ceresos es una muestra de corrupción. En San Miguel en cada cuarto existe un aparto, pues se ponen de acuerdo para pagar los mil 500 pesos a la semana de renta por mantener el móvil, gasto que reparten entre todos. La tarifa es clara: mil 500 por un celular básico y 2 mil 500 por un equipo que tenga redes sociales. Asà que los reos pueden disfrutar de una comunicación moderna, compartir o recibir, fotos y/ información. No dude que también se pueden hacer llamadas de extorsión.
Asà que el negocio de los teléfonos celulares representa ingresos de 1.5 millones de pesos en efectivo que al mes representan 6 millones de pesos. Dichos recursos se reparten de abajo hacia arriba, como lo afirma el periodista Carlos Rocha columnista del periódico Cambio.
En este reclusorio no hay teléfonos, alguno de los últimos directores mandó quitar las cabinas telefónicas que funcionaban con tarjetas, en su lugar otorgó un contrato a una empresa privada –léase negocio—. El cambio no resultó y jamás volvieron a instalarse las casetas públicas de tarjeta. Asà que en San Miguel hay un promedio de mil celulares, según afirma el periodista. Uno por cada celda de los 29 dormitorios.
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