2015 0610 | Los agentes de la policía que investigaban la desaparición el 17 de noviembre de 1957 de Bernice Worden, dependiente de la ferretería de Plainfield (Wisconsin), sospecharon que Ed Gein estaba implicado en el caso. Cuando entraron en su casa, encontraron el cuerpo de Worden colgado de los tobillos, decapitado y abierto por el torso.
Entre otros macabros hallazgos, encontraron también diez cabezas de mujer a los que les había quitado la parte superior, pantallas de lámparas y asientos hechos de piel humana, platos de sopa hechos con calaveras, más calaveras en los postes de su cama, órganos en el frigorífico, un cinturón de pezones humanos, una caja de zapatos con nueve vulvas y muchos más objetos hechos de partes de cuerpos humanos. Todos estos objetos fueron fotografiados y destruidos.
Al ser interrogado, Ed Gein admitió que abría las tumbas de mujeres recientemente fallecidas y robaba los cuerpos, llevándolos con su furgoneta a su casa donde curtía las pieles para hacer sus posesiones. También admitió haber asesinado a Mary Hogan, una camarera desaparecida desde 1954. Nunca fue probado ni admitido por él que cometiera canibalismo, y también negó haber tenido relaciones sexuales con los muertos, aduciendo que olían muy mal.
Fue declarado enfermo mental y pasó el resto de sus días en una institución psiquiátrica donde se destacó por su buen comportamiento. Falleció en el verano de 1984, a la edad de 77 años por insuficiencia respiratoria.
Se cree que su madre, Augusta, se esforzaba en impedir cualquier influencia ajena a la suya propia sobre sus dos hijos. Fue, en parte, lo que causó su trastorno mental. Augusta fue el último miembro de la familia cercana de Ed, murió en 1945, y éste, selló por algún motivo su habitación.
Mientras Ed Gein se encontraba detenido, su casa ardió hasta los cimientos, seguramente a causa de un incendio provocado. Su furgoneta fue subastada y el comprador hizo negocio con ella llevándola de tour por varias ciudades y cobrando por ver su interior "decorado" con sangre falsa