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Jueces por mayoría: Puebla estrena toga electoral

Jueces por mayoría: Puebla estrena toga electoral

Por José Herrera
4 de julio de 2025

Como si se tratara de diputaciones o alcaldías, el Instituto Nacional Electoral (INE) entregó constancias de mayoría a quienes a partir de ahora portarán toga, martillo y sentencia en los distritos judiciales 1 y 2 de Puebla. No fue una ceremonia común. No porque el INE carezca de experiencia en actos protocolarios, sino por la rareza institucional de que jueces y magistrados accedan a su cargo por la vía del voto popular.

La presidenta del Consejo General del INE, Guadalupe Taddei Zavala, encabezó la entrega de constancias a 30 personas electas: 18 mujeres y 12 hombres que fungirán como nuevas magistradas, magistrados, juezas y jueces del Sexto Circuito Judicial en Puebla. Una generación de juzgadores nacidos de las urnas.

¿Democracia judicial o justicia clientelar?

El nuevo modelo ha sido impulsado como una vía para “democratizar el poder judicial”. Sin embargo, críticos señalan que esta vía puede abrir la puerta a la partidización del órgano judicial, la politización de sentencias y la cooptación electoral de la justicia. ¿Qué tan independiente será una jueza que debió hacer campaña? ¿A qué intereses responde un magistrado que obtuvo el cargo por medio de una coalición política?

Los nombres incluyen tanto perfiles técnicos como rostros con claros vínculos partidistas. Algunos de ellos, con pasado como asesores legislativos, funcionarios de gobiernos municipales y operadores de partidos. El Poder Judicial poblano —tradicionalmente reservado para carrera judicial o designación por el Ejecutivo o el Congreso— ha sido sacudido por esta nueva oleada “electa”.

La lista de los elegidos

Entre los nuevos magistrados para el Distrito 1 destacan María Vianey Fernández de Lara Barrientos, Nikteha Mejía Pérez Minerva, Norma Angélica Delgadillo Rodríguez, además de Eduardo Iván Ortiz Gorbea y Guillermo Francisco Urbina Tanús.

Para el Distrito 2, sobresalen Beatriz Rojas Méndez, Paola Etianne Abraham Soldevila, Alan Malcom Bravo de Rosas y Daniel Flores Garrido.

En el caso de jueces y juezas, para el Distrito 1 figuran Grecia Alejandra Gómez Lamadrid Cabello, Gabriela Gutiérrez Dávila, Julio Alberto Ramírez Martínez y César Humberto Valles Issa. Mientras que en el Distrito 2 lo harán Lizbeth Escobar Canales, Teresita Sosa Berthely, Ana Rosa Domínguez Cortés, Jorge Arroyo Martínez y Samuel Jiménez Morato.

Una toga que debe ser incómoda para el poder

En un país donde el Poder Judicial ha sido, por décadas, uno de los brazos más opacos, elitistas y jerárquicos del Estado, la entrada de jueces electos no es en sí misma una garantía de justicia, pero sí una grieta en la torre de marfil. Sin embargo, si esta elección sólo cambia el color del padrinazgo —del Ejecutivo al partido dominante—, el proceso no democratiza nada: sólo redistribuye cuotas.

Los nuevos juzgadores tienen ahora la oportunidad (y la obligación) de demostrar que su legitimidad no se agota en la boleta electoral, sino que se renueva con cada sentencia, cada acto de imparcialidad y cada vez que resistan presiones de quien los ayudó a llegar.

Porque una toga que se hereda o se compra es siempre sospechosa, pero una toga que se disputa en campaña, con lealtades y promesas implícitas, puede ser aún más peligrosa para el equilibrio del poder.