Restablecer el orden: a favor de la designación de concejos municipales en Ahuazotepec y Cuautempan.
La democracia también exige responsabilidad institucional. Cuando un gobierno local colapsa, cuando los cabildos se desintegran por renuncias masivas o cuando los alcaldes desaparecen dejando tras de sà caos, parÔlisis o señalamientos penales, el deber de los legisladores no es mirar hacia otro lado, sino actuar con firmeza para garantizar la gobernabilidad.
Por eso, la decisión del Congreso del Estado de Puebla de disolver los ayuntamientos de Ahuazotepec y Cuautempan y designar concejos municipales que gobernarÔn hasta 2027 es no solo legal, sino necesaria.
Inestabilidad no puede ser la norma
En Ahuazotepec, el abandono del cargo por parte del edil Alfredo RamĆrez —alias “La Yerba”— y la renuncia de la mayorĆa del Cabildo desde el pasado 5 de junio dejaron al municipio sin gobierno funcional. No habĆa quiĆ©n autorizara pagos, obras, apoyos sociales ni quiĆ©n respondiera ante la ciudadanĆa. Esa ausencia no podĆa prolongarse indefinidamente sin consecuencias.
En Cuautempan, el escenario fue aĆŗn mĆ”s grave: la ausencia prolongada del edil Gerardo CortĆ©s —hoy prófugo—, junto con la salida de casi todos los regidores, generó un vacĆo polĆtico que comenzó a poner en riesgo la seguridad y el acceso a servicios pĆŗblicos esenciales.
Ambos municipios se encontraban en una situación crĆtica de ingobernabilidad, y dejar el poder a la deriva solo hubiera profundizado la crisis.
La solución institucional
Ante este escenario, el Congreso actuó conforme a la Ley OrgĆ”nica Municipal y a la Constitución local, disolviendo legalmente los ayuntamientos y designando concejos municipales con atribuciones especĆficas, limitaciones normativas y temporalidad definida. No se trata de gobiernos eternos, sino mecanismos de transición ordenada hasta las siguientes elecciones constitucionales.
AdemĆ”s, los perfiles seleccionados tienen experiencia administrativa o conocimiento territorial, como es el caso de Pedro Luis Cruz Bonilla en Cuautempan —exedil y profesional en administración pĆŗblica— o JosĆ© Luis Cuevas Galindo en Ahuazotepec, quien ya fungĆa como delegado regional de Gobernación y conoce las necesidades sociales de la zona.
Legitimidad por estabilidad
Es vÔlido cuestionar la legitimidad democrÔtica de un concejo que no fue electo en las urnas. Pero es mucho mÔs peligroso sostener gobiernos colapsados solo por cuidar las apariencias del voto. La verdadera legitimidad también proviene del ejercicio ordenado, del servicio público transparente y del restablecimiento del estado de derecho en territorios vulnerables.
En zonas donde el crimen organizado, el abandono institucional o la corrupción han desgastado la confianza ciudadana, es responsabilidad del Estado garantizar que haya gobierno, aunque sea de manera provisional.
Por eso, respaldar la decisión del Congreso no significa aplaudir la crisis, sino valorar la salida ordenada ante un escenario de descomposición. La democracia también se defiende desde la estabilidad.?