Motocicletas: de herramienta de trabajo a vehículo del crimen — Van 38 asesinatos en Puebla este año
Puebla.— La motocicleta, símbolo de agilidad y libertad urbana, se ha convertido en el medio predilecto de escape en homicidios cometidos con precisión quirúrgica. Las cifras lo evidencian: en los primeros cinco meses de 2025 se han registrado 38 asesinatos en los que los agresores utilizaron motocicletas para huir. Solo tres casos menos que los 41 registrados durante todo el año pasado.
Lejos de ser una anécdota, el fenómeno evidencia una tendencia sostenida de adaptación del crimen organizado —y del crimen común— al entorno urbano, a la falta de regulación vehicular efectiva, y a un sistema de justicia que reacciona tarde, cuando la escena del crimen ya fue barrida por el escape rápido de dos ruedas.
Marzo rojo
De acuerdo con cifras oficiales de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) estatal, marzo de 2025 ha sido el mes más letal de los últimos dos años en cuanto a homicidios con motocicleta: diez casos en un solo mes. Le siguieron abril y mayo, con nueve homicidios cada uno, confirmando la consolidación de este modus operandi.
En total, de enero a mayo de 2025, el promedio mensual se elevó a 7 asesinatos cometidos por agresores en motocicleta, más del doble que en 2024. El fenómeno no es exclusivo del homicidio: más de 100 delitos mensuales —entre asaltos, robos y lesiones— se han cometido este año usando motos como medio de transporte y huida.
¿Herramienta de trabajo o arma rodante?
El auge de estos vehículos va de la mano con una transformación del perfil socioeconómico de la movilidad: 181 mil 115 motocicletas circulan actualmente en Puebla, el 14.2% del parque vehicular estatal, de acuerdo con cifras del INEGI. Eso representa un crecimiento de más del 300% en la última década, impulsado por el crecimiento del comercio informal, el reparto a domicilio, y la falta de transporte público eficiente.
Este crecimiento —positivo en términos de movilidad y autoempleo— ha sido aprovechado también por células delictivas, que utilizan motocicletas no solo por su velocidad y bajo costo, sino por su difícil trazabilidad. En muchos casos, las placas están alteradas o simplemente ocultas; los cascos impiden la identificación facial, y la fuga entre autos convierte a los motociclistas en fantasmas del pavimento.
Congreso responde con regulación estricta
Frente al incremento de delitos, el Congreso de Puebla aprobó con 37 votos a favor reformas a la Ley de Movilidad y Seguridad Vial. Las nuevas medidas incluyen:
-
Engomado adherido al casco, vinculado a la licencia de conducir.
-
Prohibición de viajar dos personas en una moto, salvo si lo autoriza la tarjeta de circulación.
-
Obligación de reportar el robo o extravío del casco con engomado.
-
Sanciones por ocultar, alterar o circular sin placa visible.
-
Prohibición de que dos motocicletas circulen en paralelo sobre un mismo carril.
Además, se exigirá a los motociclistas quitarse el casco al descender del vehículo, para facilitar su identificación en espacios públicos.
La Secretaría de Movilidad tendrá nueve meses para implementar las reformas, tiempo en el que se prevé una campaña de regularización voluntaria, pero también una vigilancia más estricta por parte de Tránsito Estatal y Seguridad Pública.
¿Solución o parche?
Expertos consultados señalan que si bien las medidas legislativas pueden inhibir ciertos delitos, resultan insuficientes si no van acompañadas de una política integral: ordenamiento del comercio informal, fiscalización de plataformas de reparto, y sobre todo, inversión en inteligencia criminal.
Porque el problema de fondo no es la motocicleta, sino el colapso de un Estado que responde a la violencia con regulación burocrática, mientras las calles siguen siendo territorios donde el crimen improvisa, se adapta y, cada vez más, se desplaza en dos ruedas.