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El Dr. Tizcareño desaparece

El Dr. Tizcareño desaparece: su padre se deslinda y los testimonios por violencia obstétrica siguen creciendo

Por José Herreras
30 de junio de 2025

Mientras arrecian las denuncias por violencia obstétrica y negligencia médica en la Clínica de Especialidades Médico Quirúrgicas, ubicada en la 15 Sur 505, el médico Willebaldo Montiel Ramírez —padre del Dr. Tizcareño W.— decidió romper el silencio. A través de un comunicado público, se deslindó de las decisiones clínicas bajo investigación y marcó distancia con los actos de su propio hijo.

Lo más llamativo: en el documento nunca menciona el nombre del Dr. Tizcareño. Ni una sola vez. En cambio, adopta un tono institucional, casi burocrático, con el que pretende limpiar su nombre en medio de un escándalo que, para muchos, apenas comienza.

Se lava las manos

En seis puntos, el Dr. Montiel intenta dejar en claro que su responsabilidad termina donde comienza la de otros especialistas. Declara que cada médico actúa bajo su propio criterio clínico y que su práctica se encuentra debidamente acreditada ante la SEP. Es decir, si alguien falló, no fue él.

También afirma haber entregado la documentación requerida a la Fiscalía estatal y que cualquier decisión judicial corresponde exclusivamente a la autoridad investigadora. Al mismo tiempo, llama a no caer en linchamientos mediáticos ni campañas de odio en su contra.

"Se rechaza categóricamente cualquier forma de violencia... La incitación al odio, el acoso o las amenazas no deben normalizarse", subraya el comunicado, que cierra reafirmando su disposición para colaborar con las autoridades, aunque sin ofrecer respuestas concretas a los testimonios que se acumulan.

¿Y el hijo?

El que sí ha desaparecido completamente del radar es el Dr. Tizcareño W. Apenas el 26 de junio reapareció en redes para pedir al gobernador Alejandro Armenta protección bajo la nueva Ley de Ciberacoso. Lo hizo desde su cuenta de Facebook, en la que también informó —no sin sarcasmo— que su padre había sido hospitalizado: “Ya podrán festejar”, escribió.

Hoy, esos perfiles ya no existen. Facebook, Instagram, WhatsApp: todos han sido dados de baja. Justo en el punto más álgido de las denuncias, con la clínica clausurada y un creciente número de víctimas exponiendo sus experiencias en redes sociales, el doctor borró su presencia digital.

El silencio como estrategia

Ninguna autoridad ha confirmado una orden de aprehensión, pero en el ámbito judicial y médico es evidente que el Dr. Tizcareño se esfumó. Mientras tanto, los testimonios de mujeres que aseguran haber sido maltratadas durante cesáreas, partos e intervenciones ginecológicas no cesan.

El silencio institucional de la clínica, la desaparición del acusado y el pronunciamiento ambiguo de su padre conforman un escenario turbio, donde las víctimas exigen justicia y las autoridades apenas comienzan a reaccionar.

¿Dónde está el Dr. Tizcareño? ¿Y quién dará la cara por los casos ya documentados?