A la china, la ley: Ayuntamiento de Puebla clausura tiendas asiáticas por irregularidades.
Mientras los comercios locales lidian con burocracia, cuotas y revisiones meticulosas, una red de tiendas de origen chino operó por años en el Centro Histórico de Puebla sin demostrar la procedencia de su mercancía ni contar con los mínimos requisitos legales para funcionar. Al menos hasta ahora.
El Ayuntamiento de Puebla informó que 19 tiendas chinas han sido clausuradas por no acreditar el origen legal de sus productos y carecer de documentación para su operación. Las inspecciones, realizadas por la Dirección de Normatividad y Regulación Comercial, forman parte de un operativo conjunto que incluyó el decomiso de artículos, ahora en manos de las autoridades competentes.
Según el director del área, Germán Jiménez García, los sellos de clausura no se colocaron arbitrariamente. Se trató —dice— de una medida contra la ilegalidad, ejecutada principalmente en las calles 5 y 8 Poniente, 5 Sur, 15 de Mayo, así como en algunas plazas comerciales.
Sin embargo, más allá de los comunicados oficiales, el tema abre un viejo expediente: la permisividad institucional con la que han operado por años estos comercios que, con bajo perfil y altos volúmenes de mercancía, han inundado de productos importados —la mayoría sin etiquetado oficial ni facturas comprobables— al mercado poblano.
Los antecedentes no son menores. Comerciantes del Centro Histórico llevan años denunciando la competencia desleal de estos negocios, que venden a precios irrisorios productos sin garantías, sin pago de impuestos y sin generar empleos formales. Pero apenas en 2025 parece haberse encendido la alarma institucional.
El funcionario reconoció que algunas tiendas han logrado comprobar su legalidad y seguir operando, mientras tres más han optado por cerrar definitivamente y abandonar la capital poblana. El silencio en torno a si habrá consecuencias legales o fiscales más allá de la clausura deja un sabor a justicia a medias.
¿Se trata de un primer paso serio contra la informalidad importada o de un simple golpe mediático con fines políticos?
Por ahora, las puertas de cristal con caracteres chinos y luces LED multicolores lucen selladas. Pero el fondo del asunto no está clausurado: sigue abierto el expediente del comercio opaco y la complicidad institucional que por años permitió que la ley se vendiera —literalmente— al mayoreo.