Zacatlán pagó casi 700 mil pesos por su Plan de Desarrollo; Xicotepec lo hizo por menos
Zacatlán, Puebla.—
En las alturas de la Sierra Norte poblana, donde el rezago social convive con discursos de transformación local, el gasto gubernamental conserva una lógica difícil de justificar. El Ayuntamiento de Zacatlán, presidido por Beatriz Sánchez Galindo, pagó 696 mil pesos por la elaboración de su Plan Municipal de Desarrollo 2024-2027 (PMD), una cifra que contrasta con los 580 mil pesos que destinó el gobierno de Xicotepec, otro municipio serrano con condiciones geográficas y presupuestales similares.
El documento de Zacatlán fue elaborado por el Despacho Contable y Asesores Fiscales S.C., representado por Mirna Sánchez Castillo, bajo el contrato PMZP/CMA/2024/024. A cambio del pago, el despacho entregó el PMD en formato digital e impreso, con un plazo de ejecución de dos meses y siete días. El producto incluyó un diagnóstico territorial, estadístico y participativo, además de la definición de objetivos, estrategias y matrices de indicadores. En otras palabras, un modelo que otros municipios adquieren por una fracción del costo.
En Xicotepec, por ejemplo, el Plan se contrató mediante el acuerdo C-MXP/AD/2024-006 y costó 116 mil pesos menos. Una diferencia que plantea preguntas sobre criterios técnicos, parámetros de evaluación y transparencia en el gasto público.
La lógica de la invitación restringida
El contrato en Zacatlán se asignó mediante el mecanismo de invitación a cuando menos tres personas, un procedimiento comúnmente criticado por permitir discrecionalidad. El despacho ganador compitió únicamente contra Geco Gestión y Cooperación S.C., que fue descalificada por presentar una propuesta económica más alta: 719 mil pesos. Es decir, solo 23 mil pesos más que la propuesta ganadora, diferencia que no necesariamente justifica el procedimiento, pero sí evidencia la falta de competencia real y pluralidad de ofertas.
El desglose de entregas del documento tampoco ayuda a disipar dudas: el primer bloque, correspondiente a la propuesta metodológica y estructura base, fue entregado el 6 de diciembre de 2024; el segundo bloque, denominado “Proyecto del Plan Municipal de Desarrollo”, fue remitido el 31 de diciembre, justo al cierre del año fiscal.
Cifras que no cuadran
La comparación no se detiene en Zacatlán y Xicotepec. Hay casos más extremos: el municipio de Huejotzingo, por ejemplo, erogó 3 millones de pesos por su Plan de Desarrollo, mientras que otros gobiernos municipales en Puebla han gastado entre 300 y 400 mil pesos por documentos similares, que también incluyen indicadores, objetivos y anexos participativos.
A nivel nacional, el gasto en planes de desarrollo municipal se ha convertido en un rubro opaco donde consultorías contables, despachos sin experiencia urbanística o incluso exfuncionarios reciclados, ganan licitaciones con propuestas técnicas ambiguas y presupuestos inflados.
Una práctica extendida, poco cuestionada
Para organismos como Fundar o el IMCO, el fenómeno responde a una lógica burocrática que prioriza la apariencia de planeación sobre el ejercicio democrático de la misma. “La mayoría de los Planes de Desarrollo se redactan sin consulta real, con lenguaje técnico reciclado, y pocas veces se evalúan en su ejecución”, advierte un análisis del Centro de Estudios Municipales de la BUAP.
En Zacatlán, los pobladores poco o nada conocen del plan que, en teoría, guiará los próximos tres años de gobierno. La consulta participativa, según fuentes del Ayuntamiento, se limitó a formularios digitales y reuniones cerradas con actores previamente identificados.
¿Planeación o simulación?
En el papel, los Planes Municipales de Desarrollo son la base de toda administración. En la práctica, se han convertido en productos de escritorio, muchas veces tercerizados a despachos sin especialización en política pública, territorio o desarrollo comunitario.
En municipios como Zacatlán y Xicotepec, donde el acceso a servicios básicos y oportunidades laborales sigue siendo limitado, los casi 700 mil pesos invertidos en un documento deben leerse más allá del papel. Porque mientras las prioridades presupuestales se negocian en escritorios cerrados, los ciudadanos siguen esperando agua, caminos, médicos y justicia.
El fantasma fiscal del Plan de Desarrollo de Zacatlán
Aunque el Ayuntamiento de Zacatlán reportó haber contratado al Despacho Contable y Asesores Fiscales 333 S.C. para la elaboración de su Plan Municipal de Desarrollo (PMD) 2024–2027, por un monto de 696 mil pesos, la empresa no fue localizada en el domicilio que aparece en el contrato y en el padrón de proveedores: la 43 Oriente, en la ciudad de Puebla. En el lugar señalado únicamente existe una vivienda de uso habitacional, sin rótulo, sin oficinas visibles, sin personal, y sin rastro alguno de actividad comercial o profesional. La omisión plantea dudas legítimas sobre la veracidad de la documentación entregada por el despacho, sobre su capacidad técnica real y, sobre todo, sobre la supervisión administrativa de los recursos públicos. ¿Pagó el municipio por un documento elaborado por una firma fantasma? ¿Se trata de una fachada para simular cumplimiento administrativo? En otros tiempos, estas preguntas habrían encendido las alarmas del extinto ITAIPUE, hoy silenciado por decreto y con sus funciones transferidas al Poder Ejecutivo. Pero mientras la opacidad se institucionaliza, los planes se pagan puntuales.