Crónicas de la Podredumbre Municipal (X): Tuzamapan, el centro de salud sin médicos... pero con nómina de lujo
Por Carlos Charis
13 de mayo de 2025
En la entrada de Tuzamapan de Galeana, un letrero oxidado aún reza: “Centro de Salud Integral – Atención las 24 horas”. Sin embargo, tras cruzar sus puertas, el visitante encuentra solo polvo, expedientes sin llenar y un consultorio sin médicos. No hay vacunas, ni paracetamol, ni siquiera un estetoscopio. Solo silencio, olor a humedad y paredes desconchadas.
Durante 2023, el ayuntamiento encabezado por el alcalde Mario Isauro Domínguez Hernández reportó haber invertido 4 millones 210 mil pesos en la rehabilitación, operación y personal del centro de salud municipal ubicado en la comunidad de Petlacatlán. Según los reportes trimestrales, la clínica contó con:
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Dos médicos generales
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Un pediatra
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Una enfermera especializada en obstetricia
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Un odontólogo
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Un psicólogo comunitario
La realidad es otra. De acuerdo con la auditoría practicada por la Auditoría Superior del Estado (ASE) como parte de su programa de fiscalización 2023, ninguno de esos profesionales estaba físicamente en el lugar. Al menos cinco de ellos no existen en el Registro Nacional de Profesionistas, y los otros dos confirmaron nunca haber trabajado en Tuzamapan.
Peor aún: los contratos están firmados, sellados y pagados mensualmente vía nómina bancaria, muchos con cuentas vinculadas a personas con parentesco directo con funcionarios del ayuntamiento. Uno de los “médicos”, por ejemplo, resultó ser cuñado del director de Obras Públicas, y cobraba su salario desde la ciudad de Puebla, donde trabaja como repartidor de comida por aplicación.
El supuesto psicólogo cobraba un sueldo de 32 mil pesos mensuales, sin contar “viáticos y gastos de desplazamiento”, aunque no hay evidencia de que haya realizado una sola consulta o actividad en el municipio. La única constancia de su existencia fue una constancia de residencia... en Tlaxcala.
La ASE calificó la situación como “uso sistemático de nómina fantasma para simular servicios públicos” y emitió un pliego de observaciones por presunto daño patrimonial de 3 millones 740 mil pesos, además de una recomendación para iniciar una denuncia penal por uso indebido de funciones y peculado.
Mientras tanto, doña Graciela, partera tradicional y curandera comunitaria, sigue recibiendo a mujeres embarazadas sin mayor ayuda que sus manos, su experiencia y unas gotas de árnica.
“El doctor que más ayuda aquí es el que nunca llegó, porque al menos no hizo daño”, comenta entre risas amargas.
Las comunidades aledañas han comenzado a organizarse para exigir transparencia y recursos reales para salud. Pero el camino es largo, y en Tuzamapan, la corrupción ha sido más constante que el servicio médico.