Sergio Sandoval y los 14 millones que se fumaron en Ajalpan
Ajalpan no tiene mar, pero aquí naufragaron 14 millones de pesos. Y al timón, cómo no, estaba el exalcalde Sergio Sandoval Paniagua, ese capitán de la mediocridad pública que ahora carga con un presunto daño patrimonial que huele a pólizas desaparecidas, facturas sin CFDI y ayudas sociales que nadie vio.
La Auditoría Superior del Estado se metió hasta la cocina. Y encontró el refrigerador vacío, pero las cuentas llenas. Desde alimentos hasta becas, pasando por gasolina, viáticos, consultorías y hasta papel higiénico —todo con números que parecen inventados en una cantina. Porque ¿Cómo demonios se gastan casi 3 millones en “ayudas sociales” sin dejar un solo recibo? Fácil: no se ayudan a las personas, se ayudan a sí mismos.
Y como si fuera poco, Sergio también olvidó que debía transferir más de 6 millones al Cereso de Tehuacán. Que se jodan los reos, ¿no? Total, los barrotes no votan.
No hubo ni Matriz de Indicadores ni estructura presupuestal. Lo que sí hubo fue desorden, opacidad y ese tufo a administración podrida que ya ni disimula.
Hay una promoción de responsabilidad administrativa sancionatoria, sí, pero todos sabemos cómo acaba esto: en el cajón de “pendientes eternos” o en el archivo muerto, donde descansan los pecados de los políticos chicos, los que se roban poco y con torpeza.
Ajalpan tiene calles de polvo y niños que aprenden con cuadernos rotos. Pero su exalcalde parece haber vivido como rey. O al menos, como proxeneta del erario.
Si no solventa, le caerán las sanciones. Si solventa con magia, será otro fantasma más que se escurre entre leyes con agujeros. Mientras tanto, la gente sigue esperando agua potable y lámparas que enciendan.