Ejecutan a la hermana de Tania N., priista vinculada a la Operativa Barredora: la emboscan en su vehículo en la colonia Alseseca
PUEBLA, Pue.— El mediodía del domingo 25 de mayo, una ejecución directa y meticulosamente ejecutada sacudió la colonia Alseseca, al sur de la capital poblana. La víctima, identificada como Maribel N., hermana de la ex candidata priista Tania N.—actualmente recluida en el penal de Ciudad Serdán por presuntos vínculos con el grupo criminal Operativa Barredora—, fue asesinada a plena luz del día por un sujeto armado que le disparó en al menos diez ocasiones.
La escena del crimen, sobre la calle 30 Sur y 41 Oriente, no dejó margen de duda: se trató de una ejecución. Maribel conducía un vehículo Nissan Versa azul cuando fue interceptada por un sujeto que, según testigos, portaba un casco de motocicleta. Sin mediar palabra, el agresor disparó contra el automóvil hasta dejarla sin vida. Luego huyó con la misma precisión con la que llegó, en un acto que sugiere no improvisación, sino planeación.
La Fiscalía General del Estado inició la carpeta de investigación correspondiente, pero al cierre de esta edición no ha emitido pronunciamiento oficial sobre el móvil del crimen. Sin embargo, en círculos de seguridad estatales no se descarta que se trate de un ajuste de cuentas vinculado a la red de relaciones que giran en torno a la llamada Operativa Barredora, un grupo delictivo con presencia creciente en la zona metropolitana de Puebla.
La ejecución ocurre a un año de la detención de Tania N., ex aspirante a una diputación local por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), arrestada en mayo de 2024 en la colonia Tres Cruces tras ser señalada por presuntamente operar como enlace político y financiero del grupo criminal. La priista permanece interna en el penal de mediana seguridad de Ciudad Serdán mientras enfrenta cargos por asociación delictuosa, lavado de dinero y delincuencia organizada.
Aunque su defensa ha insistido en su inocencia, las investigaciones ministeriales revelaron transferencias bancarias, comunicaciones interceptadas y testimonios protegidos que la colocan como pieza clave en la estructura de la Barredora en Puebla, organización ligada a actividades de extorsión, narcomenudeo y ejecuciones selectivas.
La ejecución de su hermana, entonces, lejos de ser un hecho aislado, se inscribe en una espiral de violencia que confirma la intersección cada vez más visible entre política local y crimen organizado. A pesar de las detenciones anunciadas en meses recientes y de las declaraciones triunfalistas del gobierno estatal sobre la "desarticulación" de bandas delictivas, la operación territorial de grupos como la Barredora no ha sido contenida.
Vecinos de la colonia Alseseca relataron que los disparos —al menos diez según peritos forenses— fueron secos y consecutivos. Algunos testigos afirmaron haber visto al sicario alejarse tranquilamente, sin persecución inmediata. La zona no contaba con patrullaje visible ni cámaras funcionales. "Esto ya no es nuevo. Aquí matan y nadie hace nada", dijo un residente que pidió el anonimato.
La ejecución de Maribel N. no sólo exhibe el vacío de seguridad en las colonias del sur de Puebla; también envía un mensaje, aún cifrado, sobre los saldos pendientes que deja la alianza entre estructuras políticas y células criminales.
Ni el PRI estatal ni autoridades municipales se han pronunciado públicamente sobre el asesinato. El silencio, en este caso, también es una forma de complicidad.