El Vidrio Roto de Puebla huele mal
Parece que ya normalizamos tener un mundo contaminado y no hacer nada para remediarlo.
Horacio Cano
Que complicado es hablar de contaminación, es como tocar un tema en el que sabes que desafortunadamente no hay buenas noticias. Es como cuando te iban a dar el resultado de un examen en el que de antemano sabes que reprobaste. Como cuando rompías un vidrio jugando futbol y llegaba tu mamá diciéndote “¿Quien rompió el vidrio?”
Como humanidad tenemos muchos años hablando del planeta pero haciendo poco por repararlo. Algunos incluso no aceptan que rompimos el vidrio. A veces parece que hemos perdido la capacidad de asombro, las alarmas ya no nos llaman la atención, nos acostumbramos a ello. Cuanta razón tenía la ganadora del premio Goldman en 1997 dijo que “vivimos en la Tierra como si tuviéramos otra a la que ir”…
Cuando huele mal, parece que nos tranquiliza saber que es el rio
Atoyac y no un olor que procede de la casa. “¡Ah es el río! A esta hora siempre
huele feo” me han dicho muchos amigos a los que en su casa por ahí de las 6:00
pm les llega un olor a azufre. El rescate del Atoyac es una promesa de cada
sexenio, estatal y federal; parece que hoy hay un plan, la presidenta, la
Doctora Claudia Sheinbaum, junto con el gobernador de Puebla el Doctor
Alejandro Armenta fijaron un término de tres años; la primera mandataria señaló
los ¿cómos?: Regulación de industrias, ¡que dejen de contaminar!; echar andar
más plantas tratadoras , construir más y que funcionen las que existen, yo le
agregaría: vigilar que las empresas que cuentan con una no “se hagan pato” y
las pongan a trabajar; y por último, limpieza y reforestación en la rivera del
rio. La meta, tener un gran parque lineal en la rivera del río, suena difícil,
pero como diría Chesterton: “puedo creer en lo imposible, pero no lo
improbable”, el rescate del río es una tarea difícil pero sin duda probable…
Dicen por ahí que “lo más limpio no es lo que se limpia más, sino lo que menos se ensucia.” Creo que si bien el gobierno tiene que poner manos a la obra en la regulación a la industria, a los vehículos automotores y demás agentes contaminantes; como ciudadanía habrá que dejar de esperar a que el gobierno lo haga todo; desde lo más simple hasta lo más complejo, pero habrá que hacer lo que nos corresponde. El planeta y en especial Puebla es cosa de todos. Hasta entonces.
COMENTARIO AL AIRE
Hablando de aire, a veces hay que descontaminar el ambiente que
respiramos. ¿De qué? De esperar que le vaya mal al de al lado, o al de
enfrente. Ver en cada movimiento del “contrincante” una oportunidad para “hacer
leña del árbol caído”. En lugar de construir, se destruye. Sin duda, siempre es
más fácil. Es como echar culpas, vivir para destruir y no para construir, sin
duda es de mediocres.