SOLO PARA TUS OJOS
URGENCIAS
Por: Barry Connery 007
Sin imaginarlo siquiera, cada Gobierno
y cada mandatario en turno, enfrentan desafíos difíciles de prever; en el caso
de Andrés Manuel López Obrador fue la terrible pandemia de COVID-19, que
registrados sus primeros casos en diciembre de 2019, en la Ciudad china de
Wuhan, duró hasta el 5 de mayo de 1923,
cuando la Organización Mundial de la Salud decretó el fin de la emergencia
sanitaria.
Aún es muy temprano, para imaginar,
cuáles serán los desafíos más arduos que enfrente el gobierno de la presidenta
Claudia Sheinbaum Pardo, pero después de lo vivido, puede ocurrir cualquier
cosa en este desquiciado mundo; desde una guerra nuclear, (toco madera), otra pandemia, (Dios no lo permita), hasta
fuertes ataques a la paz y estabilidad interior por una serie de factores
reales de poder y también, porque no decirlo, por desastres causados por el
cambio climático. En fin.
Lo que es un hecho, es que, un fuerte
desafío será el próximo gobierno de Donald Trump y sus prioridades; sobre la
sociedad mexicana y su Gobierno. Tres parecen ser los temas torales de la
futura relación entre ambos países y sus Gobiernos; MIGRACIÓN, NARCOTRÁFICO Y CHINA. En los
tres temas, México y la 4T están en ¡fault!
Veamos porqué.
Aún seguimos leyendo en la prensa
diaria, que nutridas caravanas de migrantes centro y sudamericanos, haitianos,
africanos o asiáticos, utilizan el territorio mexicano como corredor para
llegar a su destino, la frontera México-USA, y esperar, que por algún azaroso,
casual, dubitativo e improbable hecho fortuito puedan pasar la línea divisoria
y llegar al ansiado, para ellos, ”American dream”
Independientemente que el sueño
americano no es tal, que la migración es un derecho humano; que estas
personas huyen de situaciones desesperadas en sus países de origen; del hambre,
la pobreza, la persecución política, religiosa o aún sexual; para México como
sociedad, como país, como nación o como República, ya le es insostenible
mantener una política de puertas abiertas a la migración extranjera. Esto
es así, por una serie de factores sociales, económicos, laborales, de seguridad
pública, y aún ambientales y ahora de política interior y exterior, (que no es
tema de este artículo detallar). Pero nos guste o no, en la coyuntura
actual, el gobierno mexicano está obligado a cambiar su política migratoria y
aplicar fuertes regulaciones al tránsito de extranjeros por el territorio
mexicano, con todas sus consecuencias para los ciudadanos mexicanos; y
esto URGE.
Respecto al combate a las bandas del
crimen organizado, desde luego, nadie desea regresar a los demenciales
índices de violencia que el régimen panista de Calderón, generó
irresponsablemente; pero al parecer el régimen actual ha centrado sus
esfuerzos, únicamente, en disminuir los índices de homicidios dolosos
equiparándolos a combatir el problema de fondo, que es, precisamente el tráfico
de drogas heroicas y la rentabilidad económica asociada a su venta y
consumo, ADEMAS DE TODA LA VIOLENCIA Y CRIMEN QUE ESTO GENERA.
Cuando uno lee, en la prensa o ve los
noticieros en T.V., no puede uno menos que resaltar la lentitud de respuesta de
las fuerzas del orden público de toda laya, desde ejército, marina, guardia
nacional, policías estatales o municipales, que llegan a las escenas del crimen,
únicamente para atestiguar su ocurrencia y en muy hipotéticos casos para
resguardar evidencia. Son órganos de seguridad pública completamente
reactivos, no hay en ellos rastros de “reacción inmediata” proactividad,
“disuasión por presencia” o anticipación de alguna clase a las actividades
delincuenciales del crimen organizado. ¿complicidad? ¿desinterés? ¿falta de
estrategia y protocolos adecuados? A esto también influye la inveterada
costumbre de “esperar la llegada del Ministerio Público” una institución
caduca, anquilosada, viciada e incapaz de estar a la altura del desafío que
implica combatir al narcotráfico y sus grupos organizados.
Como sea, uno no se imagina como las
fuerzas armadas completas del país, involucradas en tareas primordiales
de seguridad pública, carecen de vigilancia electrónica, por tierra y aire;
cámaras de circuito cerrado, drones, helicópteros, como no les ha sido posible
coordinarse con las policías locales para, inmediatamente de un suceso,
establecer perímetros, cerrar vías de escape, revisar automotores, tener
escáneres contra armas y droga o de perdida fuerzas caninas bien adiestradas;
no puede uno comprender como el Estado mexicano, en su conjunto, ha sido
incapaz de rastrear, identificar y detener por medio de inteligencia y
auditoria financiera los inmensos flujos de efectivo que diariamente son
lavados en el sistema económico de la nación. ¿corrupción? ¿arreglos en lo
oscurito? ¿incapacidad real?
Al Estado mexicano, le URGE que el plan
de Seguridad Pública de la Presidenta Sheinbaum, con sus cuatro ejes, (que no
sabemos si son lo único que se requiere): Atención a las causas,
consolidación de la Guardia Nacional; fortalecimiento de la inteligencia e
investigación y Coordinación con las entidades federativas; funcione a
plenitud para asestar a ellos golpes contundentes en aspectos como: detener el
flujo de armas a estos grupos; vulnerar por completo a sus finanzas, romper la
logística de sus cadenas de distribución y comercialización y disuadir a nuevos
individuos de insertarse en sus filas bajo el viejo apotegma de que “el crimen
no paga”.
En el caso de China, no se trata de
verla como un país, un Estado, una República democrática y Popular, (que lo es,
por lo menos de nombre); ni siquiera de un pueblo. Con ella se trata de sus mercancías.
Y en este plano, México vive un desastre nacional. No existe
comercio en el país, chico, mediano o grande, incluidas las grandes cadenas de
autoservicio, cuyo inventario en más del 75% no se integre por mercancías que
no sean Chinas. Las consecuencias inmediatas de este hecho, es que los
comerciantes y consumidores mexicanos al intercambiar productos chinos han
contribuido inconscientemente a desindustrializar al sistema económico
mexicano; HAN CREADO EMPLEOS PARA LA MANO DE OBRA CHINA, se consumen, por
eso, bienes de consumo inmediato o duradero, de dudosa calidad, de compostura
impensable y de caducidad programada muy corta; las baratijas de bajo costo, el
calzado corriente y barato, las herramientas o los utensilios domésticos, de
usar y tirar de manufactura china, han enriquecido muy poco a los comerciantes
mexicanos y son una ruina para el consumidor nacional.
Y eso en un país, con un TECMEX firmado
con Norteamérica, que establece claramente reglas de origen para una serie
de productos mexicanos.
¿Cómo hemos llegado a esto? En primer término tenemos un problema
aduanal. La aplicación de las Aduanas y su Administración a la Secretaría
de Marina, en modo alguno ha resuelto los problemas de corrupción en ellas y
según algunos agentes aduanales, los ha empeorado. Las aduanas han dejado de ser un filtro de lo
que entra o no entra al país, de lo que esta permitido que entre o no, en un
país que no puede darse el lujo de tener, como aduanas, zonas libres o de
libertad de comercio absoluta. NINGÚN PAÍS DEL MUNDO LO HACE, Y LOS ESTADOS
UNIDOS DE TRUMP LO HARÁN MENOS QUE CUALQUIER OTRA NACIÓN. LA APLICACIÓN DE
ARANCELES EFECTIVOS, REQUIERE DE REVISIONES ADUANALES EXHAUSTIVAS EN TÉRMINOS
COMERCIALES, JURÍDICOS Y FÍSICOS.
La revisión de qué productos chinos
entran a México, como lo hacen y porqué lo hacen, TIENE QUE SER UNA PRIORIDAD URGENTE
DEL GOBIERNO FEDERAL, no solo por las amenazas de aranceles del futuro
Presidente Trump o por la amenaza de Canadá de pedir la exclusión de México del
TECMEX, precisamente por su apertura a los productos chinos; sino sobre
todo, por el bien de la economía nacional y de los consumidores mexicanos.
En segundo término, por una mala
comprensión de lo que debe significar el “nearshoring” para un país como México
en el contexto del TECMEX. El “nearshoring” no significa crear una gran
cantidad de parques industriales para INSTALAR EMPRESAS CHINAS CERCANAS AL
MERCADO NORTEAMERICANO; me pregunto ¿a que idiota se le ocurriría esa idea?
ESTAMOS EN NORTEAMERICA.
El ”nearshoring” significa que empresas
norteamericanas o canadienses o mexicanas se instalen en nuevos parques
industriales EN MÉXICO para fabricar productos de América del Norte para el
mercado del TECMEX; y que esto signifique empleo para la mano de obra de los
tres países, transferencia de tecnología, intercambio científico, competir con
éxito con otros bloque económicos europeos o asiáticos y surtir al mercado
interno de los tres países de los productos e insumos FABRICADOS AQUÍ, que requiera su desarrollo. NO EL DE CHINA.
ATENTAMENTE.