Un personaje al que cada vez se le dificulta más su permanencia al frente de la dirigencia estatal de Movimiento Ciudadano (MC) es el diputado local Fernando Morales MartÃnez.
El hijo del exgobernador Melquiades Morales Flores, quien llegó a la Coordinación Estatal de MC hace más de seis años, quiere seguir como dirigente o imponer en su lugar a Fedrha Isabel Suriano Corrales.
Sin embargo, su continuidad se ve cada vez más cuesta arriba, por la creciente oposición interna y porque ésta estarÃa prohibida por los estatutos.
Quien fuera su secretario de Acuerdos en la Comisión Operativa Estatal y en la Coordinadora Ciudadana Estatal de MC, Ernesto Guerrero Aguilar, le presentó una denuncia ante la Comisión Nacional de Justicia Intrapartidaria por haberlo removido del cargo supuestamente de manera ilegal.
Debido a que la queja se presentó hace más de siete meses y nadie de la dirigencia nacional ha querido atenderla, Ernesto Guerrero valora llevar el asunto de la ilegal permanencia de Fernando Morales y de su remoción de la dirigencia estatal al Tribunal Electoral del Poder Judicial.
Paralelamente éste, junto con otros cuadros y excandidatos del partido, como José Luis Cesatti Hernández y Graciela Palomares RamÃrez, ha decidido conformar un bloque para oponerse a la reelección de Fernando Morales, y para apresurar con el coordinador nacional, Dante Delgado Rannauro, el lanzamiento de la convocatoria y la renovación de la dirigencia estatal.
Inicialmente a los antagonistas de Fernando Morales se les habÃa dicho que la convocatoria se publicarÃa en febrero, pero ahora que hasta mayo, una vez que se instale la Comisión para la construcción de la agenda ciudadana de gobierno, lo que ocurrirá la próxima semana, y el senador Noé Castañón RamÃrez, quien la presidirá, comience a resolver los problemas internos derivados del rezago en la renovación de dirigencias estatales.
En Puebla uno de los mayores interesados en buscar la coordinación Estatal de MC es el exdiputado y ex dirigente cenecista José Luis Cesatti, quien sostiene que, si el partido naranja no apresura el cambio de su dirigencia, las posibilidades que hoy tiene de crecimiento, de cachar figuras de la sociedad civil y de otros partidos, y de jugar un rol relevante en las elecciones del 2024, se perderán.
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