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Morenovallistas por la fuerza

 Los Nachos morenovallistas por la fuerza

El que a dos amos sirve, con uno queda mal


Muy a su pesar, el aún diputado federal Ignacio Mier Velazco, debió respaldar al morenovallismo por la fuerza o la conveniencia, quizás más por lo segundo que por lo primero. Tras la andanada de improperios y acusaciones realizadas en su periódico CAMBIO en contra del morenovallismo, debió recapacitar y aceptar la negociación, de hecho solicitar una tregua, a fin de que su socio el periodista-empresario José Arturo Rueda Sánchez de la Vega no fuera encarcelado ni sujeto a proceso. Al respecto el periodista Luis Alberto Mejía, publica una de sus tantas crónicas que le ha tocado vivir y que en mi opinión, retratan de cuerpo entero a uno de los políticos poblanos más flojos que ha tenido buena estrella.


Tras el intento de extorsión de Arturo Rueda, cuando desayunaba en la casa de Jorge Estefan Chidiac, aquel 25 de mayo de 2015 a dos semanas de realizarse las elecciones federales. En la que le pidió 10 millones de pesos a cambio de no publicar unos audios que presuntamente lo comprometen, el escándalo mediático resultó perjudicial para el propio empresario-periodista que logró el conocido mote del “Periodista del Tlacoyo”.


Retomando los recuerdos de Mario Alberto Mejía y completándolos con los hechos narrados en la prensa poblana (otras fuentes), que tras ese célebre desayuno se reunió con Arturo Rueda en el restaurante Cornelia, ubicado frente a La Vista Country Club, quien se encontraba de buen humor, imaginando sus futuras inversiones con esos 10 millones de pesos que ya creía tener en la bolsa, los mismos que nunca llegaron y sus ilusiones se esfumaron, como el recuerdo de una sonrisa en el triste.


Siete años después (exactamente) de ese intento de extorsión, dormía en el Cereso de Cholula y de este llevado al de Tepexi de Rodríguez. Ocho años antes de ese desayuno había quedado en pagar una deuda (de 2007) aquella que tenía que ver con el acuerdo Marín-periódico CAMBIO, que nunca pagó Arturo Rueda al cronista, un abultado cheque, que sin duda aparecería entre aquellos que sumás más de 10 mil que fueron revisados por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) a cargo de Santiago Nieto Castillo.


El gobernador Rafael Moreno Valle, fue informado en mayo de 2015, de la denuncia por extorsión que interpuso Jorge Estefan Chidiac. El gobernador tras leer la ficha informativa que le entregó el Procurador General de Justicia, Víctor Antonio Carrancá Bourguet, ordenó “chingatelo”. Tras la filtración de la orden, Ignacio Mier Velazco y Arturo Rueda se entrevistaron con Moreno Valle a través de un interlocutor (no en directo) y obtuvieron el beneplácito que esperaban. Congelar la denuncia, porque no fue desechada.


Con el candidato a gobernador, Tony Gali, las cosas parecían retomar su causa, concuño de Estefan Chidiac, podría ser un motivo para hacer cumplir la ley y “chingar” a un Arturo Rueda que pensaba en la impunidad como aliada, pero Moreno Valle tenía otros planes. En esa campaña de 2016, el gobernador “sentó a su derecha a Ignacio Mier Velazco y a su izquierda a José Arturo Rueda Sánchez de la Vega, en la sala de juntas de Casa Puebla… (...) estaban, entre otros, Tony Gali hijo, Javier Lozano Alarcón —coordinador de la campaña de Gali padre—, Eukid Castañón Herrera, Roberto Moya Clemente, Marcelo García Almaguer y los dirigentes del PAN en el estado: Martha Erika Alonso Hidalgo y Jesús Giles, el encuestador José Zenteno, quien se sentó a la izquierda de Rueda.


En ese tiempo (2016) cuando se realizó la reunión, a la que se refiere Mario Alberto, el ahora diputado morenista Ignacio Mier, ya formaba parte del equipo de confianza de Andrés Manuel López Obrador. Habló sobre el posicionamiento de Gali y la debilidad de Blanca Alcalá, que fue confirmado por Zenteno.


La alianza de Moreno Valle con los accionistas principales del periódico CAMBIO, era un hecho. La denuncia de extorsión era un asunto del pasado. Las columnas y los comentarios a favor del candidato morenovallista, en las páginas del periódico no se hicieron esperar, como tampoco en la elección de 2018 de Martha Erika Alonso, inclusive los comentarios y notas periodísticas fueron en contra del ahora gobernador Miguel Barbosa Huerta.


El socio del director general del periódico CAMBIO y candidato a diputado federal por la vía plurinominal de Morena, no intercedió para evitar el golpeteo mediático al candidato poblano morenista. Ni se inmutó ni le tomó tiempo. Porque negocios son negocios y el acuerdo apuntaba hacia Casa Puebla y el morenovallismo.


Así que ese sábado 21 de mayo de 2022, el “chingatelo” suspendido del morenovallismo, se hizo efectivo con Miguel Barbosa Huerta, porque el asunto se había congelado, muy distinto a un acuerdo del no ejercicio de la acción penal, que nunca se redactó. Como también puede quedar congelado, por un tiempo, la presunta responsabilidad del poderoso socio de Arturo Rueda, quien teniendo fuero legislativo y tener utilidad práctica para el primer mandatario del país, se requiere para articular los asuntos que le sean encomendados, como el de enviarlo en calidad de decoración y hombre-presidium, a una entidad en la que Morena podría perder la elección a la gubernatura.


25 de Mayo de 2022, los diputados; Carlos Alberto Evangelista Aniceto y José Iván Herrera Villagómez y la diputada por la vía plurinominal Daniela Mier Bañuelos, hija de Ignacio Mier, se deslindaron totalmente de Arturo Rueda, quien horas después fue trasladado de la cárcel de Cholula al Cereso de Tepexi para enfrentar un segundo proceso penal, desde el cual podría dar inicio a su nueva columna periodística “Tiempos de Cárcel” o “Recuerdo de una extorsión fallida”


Mientras que la hija de Mier Velazco determinó apoyar al gobernador poblano deslindandose del escándalo de Arturo Rueda y su padre. El diputado Nacho en el 2016 decidió por el morenovallismo y su socio, lo siguió apoyando hasta su muerte, del senador Rafael Moreno Valle Rosas y de su esposa, la gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso Hidalgo.


El que a dos amos sirve, con uno queda mal

¿O no lo cree usted?