Existen hechos que revelan una posible planeación de la agresión a los aficionados del Atlas en el estadio Corregidora, como la portación de armas de aficionados del Querétaro y la casi nula presencia de seguridad.
El sábado 5 de marzo el Futbol Mexicano se pintó de rojo por la batalla campal entre aficionado del Atlas y Querétaro que dejó a decenas de personas heridas y hasta posiblemente muertos.
A través de redes sociales circularon videos y fotografías de lo que se vivió en el estadio, sin embargo, algo que más llamó la atención fue la colaboración de los elementos de seguridad quienes abrieron las rejas que mantenían aisladas a las barras de Atlas y Querétaro.
Es ahí donde surgen la teoría de que todo lo ocurrido dentro de la Corregidora fue planeado, ya que incluso a los aficionados del Atlas se permitió el ingreso de armas blancas.
De acuerdo con la columna El nombre de la impunidad, publicada en Recórd por el periodista Ignacio Suárez, Amilcar Rafael, dirigente de la barra La Resistencia, es señalado por presuntamente pactar con la corporación de seguridad privada, la cual habría permitido el ataque en contra de los aficionados del rojinegro.
Dicho personaje ha sido señalado por haber pactado con la corporación de seguridad a cargo de la empresa G.S.E. K9 e infiltra a su gente entre los miembros de seguridad ya que se dice que era una empresa 'patito'.
La empresa, a través de redes sociales solicitó personal para cubrir la vacante de seguridad en La Coregidora, donde se prometía 300 pesos como pago al término del encuentro deportivo y solicitaba a las personas que no tuvieran antecedentes, penales así como que no consumieran estupefacientes.
Por lo anterior, en el partido los infiltrados tomaron la 'vigilancia' y tras la orden abrieron las rejas para poder iniciar el enfrentamiento entre las barra, además, usaron equipos de intercomunicación para cuando todo estuviera listo.
Lo anterior, quedo claro en los videos que circulan en redes sociales donde se logra ver a la gente de seguridad abriendo las puertas sin que los aficionados del Atlas tuvieran escapatoria.
