Coca Cola: 100 años enfermando a la gente
2015 0601.- “No es 100 años vieja, sino 100 años joven y 100 años nueva”. Con esas erráticas palabras la transnacional estadounidense Coca Cola, festeja el centenario de su icónica botella de vidrio Contour, que desde el año 1.915 viene lavándole el cerebro a toda la Humanidad, destruyendo la salud de sus inocentes vÃctimas, contaminando los recursos naturales del Medio Ambiente, y adorando ciegamente a la chispa del dios dinero, que le paga con religiosidad las infernales estrategias de marketing.
Aunque comenzó siendo vendida en las farmacias de Estados Unidos, el tónico cerebral Coca Cola generaba una gran adicción al juntarse con la saliva, con la lengua y con la garganta de sus hipnotizados pacientes, por lo que el espÃritu capitalista del farmacéutico Pemberton, convertirÃa el codiciado jarabe para la tos en el famoso refresco americano, que representa la máxima expresión cultural del gran pueblo estadounidense.
¿Por qué es tan oscuro el lÃquido de la Coca Cola? Si bien Samuelson intentó disimularlo con la elegancia de una silueta curva en relieve, no pudo limpiar la sucia imagen de la botella americana, que sigue siendo imposible de mirarla fijamente a los ojos, porque desconocemos el grosor de las cicatrices que burbujean en su turbio corazón. Yo me quedo admirando la forma y el fondo de la Coca Cola, solo para preguntarme ¿Cómo es posible que la gente ingiera litros y más litros de la atrofiada pócima mágica? Seguro que DalÃ, Warhol, Baker y Rockwell se arrepienten de haber manchado el óleo y la tinta de sus obras de arte, con el simplismo taciturno de la estampida del buey.
Si no entiendes el significado de mis laicas palabras, es porque te encanta beber y eructar con una refrescante Coca Cola en la palma de tu mano, mientras te rascas el trasero lleno de flatulencias y hemorroides con el imperdible control remoto, esperando disfrutar la televisión basura que entretiene desde el cómodo sofá de tu hogar.
Dicen que el Universo es tan infinito como la ilimitada estupidez humana. Agua para que florezcan las plantas del soleado jardÃn, y Coca Cola para enfermar nuestros envejecidos cuerpos. La gente ya no distingue el bien del mal, el amor del odio y la verdad de la mentira. ¡Qué fácil es lavarle el cerebro a la Sociedad Moderna! Basta con un constante bombardeo publicitario en las calles, con hiperactivos spots en la TV, con pegajosos jingles en la radio y con coloridos banners en la Internet, para que el TÃo Sam y su legendario adoctrinamiento de masas Made in USA, logre conseguir todas las metas que se proponga en la vida.
No es casualidad que uno de los slogans de la Coca Cola, para celebrar los 100 años de la botella Contour sea “Contiene recuerdos y otros ingredientes secretos”. Precisamente, en sus ingredientes secretos radica el mayor éxito de la Coca Cola, pues transmite oralmente enfermedades degenerativas a todos sus consumidores, gracias a la prematura llegada de la diabetes que te vuelve adicto a la inyección de una trágica insulina, por toda la glucosa que se acumula en la sangre producto de la obesidad de los enfermos, quienes tarde o temprano acabarán postrados en una cama, preguntándose ¿Qué hice yo para merecerme esto?
Hasta la Organización Mundial de la Salud (OMS), que cada año recibe el jugoso financiamiento económico de la empresa Coca Cola, tuvo que reconocer públicamente que la venta indiscriminada de refrescos alrededor del planeta Tierra, es uno de los factores principales que acelera la aparición de la hiperglucemia, de la osteoporosis, de la hipertensión, de la gastritis aguda, de los cálculos renales, de la taquicardia y del deterioro del esmalte dental por la presencia de caries.
Recientemente leÃa comentarios escritos en las redes sociales por unos fanáticos de la Coca Cola, quienes no reconocÃan los daños a la salud causados por su ingesta. Ellos criticaban al resto de los foristas, y argumentaban sus opiniones a favor del refresco diciendo lo siguiente: “Váyanse a la mierda hijos de puta. ¡Aguante la Coca Cola!” “No digas boludeces maricón, andá a cagar” “Vergación si hablan paja, son una bola de huevones”.
Navegando de incógnito en la Web, me preguntaba en silencio ¿Qué relación existirá entre la gente boca sucia y los consumidores de Coca Cola? Uno sale a la calle y observa que la mayorÃa de los individuos groseros, vulgares y obstinados que nacen, crecen y se reproducen en la amalgama multicultural de nuestras ciudades, son acérrimos adeptos de las bebidas carbonatadas que ofrece la transnacional estadounidense Coca Cola.
Antes de perder mi fe en la Humanidad, leà otro comentario que decÃa “Es un tema complejo, porque todos sabemos lo dañina que es la Coca Cola para la salud, pero con hielo y estando bien frÃa, qué mas da, jajaja”. Tras leer su mensaje le pregunté en calidad de invitado “Amigo ¿Por qué no lees lo que acabas de escribir? Él me dijo ¿A qué te refieres? Y yo le dije ¿Cómo es posible que sigas bebiendo Coca Cola, si tú mismo reconoces que es perjudicial para el organismo? Finalmente me respondió “No lo sé, algún dÃa supongo que la voy a dejar, no sé cómo ni cuándo, pero de que la dejo, la dejo”, y me colocó un emoticón de carita feliz para terminar con su sincera respuesta.
Esa triste forma de pensar, es un espejo social de la adicción generada por el consumo de los refrescos a escala mundial. Hay mucho conformismo, terquedad y necesidad en dejar que otros decidan nuestro propio estilo de vida, incluyendo los hábitos alimenticios, los tiempos de ocio, los perfiles laborales, los gustos musicales, el estado civil, los prejuicios morales y hasta las preferencias sexuales. Vemos que la presión social de encajar con los ovejas del rebaño, nos deja esclavizados a obedecer la mediática voz de mando, sin pensar en el quiebre de la capacidad analÃtica y reflexiva que yace con independencia en cada uno de nosotros.
Quisiéramos preguntarle a la bondadosa Sylvia Likens, qué sintió después que la obligaron a meterse en dos ocasiones, una botella de Coca Cola dentro de su vagina. Por infortunio, ella murió y jamás reveló la fórmula secreta del alucinante refresco. Pero nos dejó una gran lección de vida: La Coca Cola es un fiel reflejo del deshumanizado Mundo en el que vivimos, donde el materialismo, la hipocresÃa, la sed de venganza, el rencor, el orgullo, la soberbia y la envidia, van de la mano con la refrescante chispa de la vida.
Pregúntate y respóndeme con sinceridad ¿Le habrÃas salvado la vida a Sylvia? Yo creo que le hubieras hecho bullying hasta cansarte, luego le tomarÃas un selfie mientras se desangra frente a ti, y finalmente subirÃas la macabra foto a tu muro de Facebook, para obtener con rapidez un millón de nuevos seguidores.
Desde su fundación que data del año 1886, la Coca Cola se transformó en el gran sÃmbolo de la guerra, del racismo y del genocidio impuesto por el régimen norteamericano, representando con gran fidelidad la fútil idiosincrasia de su gente. No sólo porque financió la campaña electoral del genocida George W Bush, quien ya tiene asegurado un puesto V.I.P en el infierno, sino porque la Coca Cola siempre ha estado involucrada en desfalcos, sobornos, actos de corrupción, secuestros, torturas, paramilitarismo y asesinatos que cobraron la vida del sindicalista Pedro Quevedo en Guatemala, cuya sangre llena de impunidad social, sigue resplandeciendo en el hermético vestÃbulo del Hotel Mezhdunarodnaya en Rusia.
Con su hashtag #BotellaÚnica, la Coca Cola viene desarrollando una agresiva campaña de marketing para festejar sus 100 años de poca madre. Desde las redes sociales de Twitter y Facebook, hemos visto analogÃas que comparan la ingesta de la Coca Cola con el cosquilleo que produce dar el primer beso. Se afirma que la felicidad se destapa cuando compartes una Coca Cola. Piden que la efervescencia alcance las estrellas dentro de sus botellas. Nos aseguran que el sonido perfecto “Phsst, fizzzz, clink clink, glug, glug? ahhh” proviene de una Coca Cola. Y hasta un fanático extremo reconoce que sus dos amores en la vida son la videoconsola X-Box 360 y una botella de Coca Cola.
Yo creo que la Coca Cola se convirtió en una religión adorada por los “cocacoleros”, porque nos acompaña en los momentos de alegrÃa y nos ayuda en los momentos de tristeza. Es omnipresente, pues se vende en más de 200 paÃses del Mundo. Todos los dÃas la compramos y la honramos como si fuera un mandamiento o un manuscrito bÃblico. Ninguna religión es más todopoderosa que la canonizada Coca Cola, ya que rompe con las barreras culturales, lingüÃsticas y sociales que separan a diario a su feligresÃa universal.
Tanto asÃ, que Coca Cola inspiró a 200 jóvenes de distintas nacionalidades, para que cantaran desde una colina en Italia “Me gustarÃa hacer del Mundo un hogar, quiero enseñarles a cantar y enviar un mensaje de paz”. Definitivamente ¡Lo lograron! Por eso nos deleitamos al observar que todas y todos le rinden pleitesÃa al monoteÃsmo de la Coca Cola, y se gozan al máximo cada bendito sorbo que ilumina la chispa de la vida, simbolizando una luz de esperanza para mantener la paz que habita en el esquizofrénico planeta.
Cabe destacar, que en su nuevo spot titulado “Un Mundo Generoso”, podemos ver el altruismo que despierta la Coca Cola en sus solidarios consumidores. Desde un agradable turista en un kiosco, pasando por una enojada monja a quien le remolcaron su accidentado carro con una grúa, y llegando hasta un valiente bombero rescatista, se inhiben de beber el codiciado refresco para entregarle “la felicidad” a otra persona menos favorecida. ¡WOW! Es sorprendente ver el júbilo de la monja al aceptar la Coca Cola, y tenerle más fe a una sagrada botella de vidrio que al rezo de los grandes misterios del rosario.
No hay duda que vivimos inmersos en un despiadado proceso de transculturación, de hipnosis colectiva y de alienación social, que deja a la Pachamama al borde del fatal ecocidio. Pese a la alegrÃa de la monjita, debemos considerar que por culpa de la reluciente botella Contour, el tono rojizo de la Coca Cola se convirtió en un baño de sangre para la Madre Tierra. Tenemos el anecdótico caso del rÃo Matasnillo y de la BahÃa de Panamá, donde Coca Cola derramó miles de litros de un colorante quÃmico, que perturbó la hermosÃsima flora y fauna panameña e impactó el iris de los atónitos pobladores, quienes pensaron ser testigos de la primera de las plagas egipcias.
Sabemos que la prestigiosa confederación Oxfam ubicó a la Coca Cola, en la lista de las 10 transnacionales menos comprometidas en frenar los estragos ambientales, causados por las emisiones de gases de Efecto Invernadero en el planeta Tierra. La colosal quema de combustibles fósiles (petróleo, gas natural, carbón), facilita la retención en la atmósfera del dióxido de carbono, metano y óxido nitroso. AsÃ, se acrecienta el problema del Cambio Climático y de sus drásticas alteraciones meteorológicas, que incluyen sequÃas, incendios forestales, pérdidas de cosechas y desertificación de los suelos, para que se acelere el implacable Calentamiento Global en los cimientos de la biosfera.
En calles, plazas, aceras, parques y demás espacios públicos de nuestras ciudades, hay un sinfÃn de latas y botellas de Coca Cola aglomeradas en el suelo, las cuales van destruyendo el equilibrio ecológico de rÃos, playas, humedales y campos rurales. Es común visualizar el recorrido citadino de los gigantescos camiones rojos de la Coca Cola, llenos de humo diesel para quemar la santidad del aire a través del tubo de escape, y provocar enfermedades respiratorias en los malogrados pulmones del prójimo. Los camioneros deben mear y entregar con premura el adictivo refresco a los restaurantes, a los kioscos, a las tiendas, a los colegios, a las canchas deportivas, a los bodegones y a los centros comerciales.
Pero nunca se aprecia que los monstruosos camiones o sus diminutos consumidores, se dediquen a recoger, reutilizar y reciclar todos los envases de plástico, vidrio y aluminio que se acumulan en la capa vegetal o en el asfalto. La apatÃa ecológica de la Coca Cola, es comprobable viendo el etiquetado especial de sus botellas, para evocar los 100 años de la inigualable Contour. Si observamos en detalle la información de la etiqueta, resultará casi imposible hallar el sÃmbolo de respeto ambiental, que invita a desechar el envase en un contenedor de basura.
Recordemos que el plástico y el vidrio son dos de los materiales sintéticos, que generan mayor polución en el entorno biofÃsico que albergamos, pues la Naturaleza tarda de 100 a 4000 años en lograr la biodegradación total de los tóxicos envases inorgánicos. Por culpa de transnacionales irresponsables como Coca Cola, hay más de 8 millones de toneladas métricas de plástico flotando en los océanos del planeta Tierra, que se están transformando en basureros marinos repletos de tereftalato de polietileno (PET), por la falta de polÃticas públicas que prioricen el reciclaje y protejan a las especies de fauna acuática.
Es consabido que la Coca Cola junto a sus salvajes aliados comerciales, que abarcan a Monsanto, Nestlé, McDonald´s y Cargill, están involucrados en graves delitos ambientales, que engloban la deforestación progresiva de los bosques nativos y la contaminación de fuentes de agua dulce y salada en la geografÃa del Mundo, por la expansión de la frontera agrÃcola y por las frecuentes descargas de residuos industriales que polucionan los hábitats. AsÃ, se priva del vital lÃquido a los pueblos y a los lugareños que se cruzan con el mercantilizado camino de la ambición corporativa, buscando que las atemporales concesiones, las explotaciones de pozos o las kilométricas hectáreas, tengan espacio de sobra para aniquilar los ecosistemas y la biodiversidad autóctona.
Usted seguramente desconoce que por cada litro de la azucarada Coca Cola, se requieren en promedio 2,5 litros de agua, para comprobar el fracaso de los Objetivos del Milenio emprendidos por la ONU, y reeditar el triunfo del incontrolable empobrecimiento global. Basta con mover la brújula a Chiapas, Kerala, Concón, Fontibón o Nejapa, para beber un poco de los efluentes cancerÃgenos que se llevan la vida de los agricultores y de los campesinos. No obstante, duele reconocer que esos aguerridos compatriotas en pie de lucha, también se beben los litros de la espumosa Coca Cola mientras protestan por los derechos de sus tierras, ya que la transnacional yanqui sabe confundir, engañar y lavarles el cerebro a las comunidades globales.
Además, la Coca Cola es con insistencia demandada por la explotación laboral, por los despidos masivos y por el incumplimiento de contratos que afectan a sus trabajadores. Ellos no son vistos como Seres Humanos, sino como máquinas borregas dominadas por el sistema opresor de turno. Basta con viajar a la planta embotelladora de Coca Cola en Fuenlabrada (España), y apreciar como el desmantelamiento de sus instalaciones perjudicó a gran parte de la masa obrera, que fue echada a la calle, golpeada y reprimida por la policÃa española al servicio de la transnacional americana.
Un gran número de asalariados no fueron reenganchados a sus puestos de trabajo, incumpliendo las decisiones judiciales de los organismos competentes en España. Pero cuando se trata de cumplir con la ley, la Coca Cola siempre evita pagar los sueldos, las prestaciones sociales, los seguros médicos y demás beneficios contractuales, porque tiene maletines dolarizados por doquier para comprar los bolsillos de los jueces, de los tribunales y de las salas constitucionales. Incluso, los recortes de personal establecidos sin previo aviso, sumado a las pésimas condiciones de trabajo y a la sobrecarga laboral impuesta por la Coca Cola, han llevado al suicidio forzado a muchÃsimos de sus empleados, tal como aconteció con los trabajadores de Télécom en Francia o de Foxconn en China.
¡Qué loco se ha vuelto este Mundo! Se encuentra tan oscuro como el pasado, el presente, y el futuro de la hitleriana Coca Cola en el Cuarto Reich. Antes nos exterminaban dentro de las cámaras de gas, con el ácido cianhÃdrico enlatado en el Zyklon B. Ahora nos asesinan a cielo abierto, con el ácido fosfórico embotellado de la Coca Cola. Ambos son potentes pesticidas que causan la muerte de sus cándidas vÃctimas. Seguimos estando presos en el holocausto de Auschwitz. El Zyklon B lo siguen vendiendo para exterminar la plaga de insectos y roedores checos. La Coca Cola la siguen vendiendo en casi todo el planeta Tierra, para exterminar insectos, roedores y al Homo Sapiens. Ayer nos decÃan con entusiasmo Arbeit macht frei. Hoy nos dicen con alevosÃa zu Tode Trinken.
Creemos que si las personas se atrevieran a triturar una lata con el puño cerrado, o a romper una botella de vidrio con furia en el pavimento, seguro que se les quitarÃan las ganas de ingerir litros y más litros de la gasolina con hielo. La gente bebe Coca Cola como una ridÃcula treta psicológica para sacarse las frustraciones, el stress, los corajes y las ansiedades que se amontonan en la vida diaria de ancianos, adultos y niños.
Sin embargo, dicen que la única forma de que la Coca Cola pueda causarle daño a un niño, serÃa que alguien lanzara una botella por la ventana y le cayera encima. Por eso me entristece ver que jovencitos y hasta bebés recién nacidos, se la pasan chupando Coca-Cola por la completa irresponsabilidad de sus padres, quienes acabaron traumados por tantas botellas de Coca Cola que les lanzaron desde la ventana en la etapa de la infancia.
Es la auténtica verdad. Sus progenitores juegan con la salud de sus hijos, sin pensar en las consecuencias negativas de malograr el hÃgado, los riñones, el páncreas, la vesÃcula, los dientes, y los huesos de sus gordÃsimos retoños lactantes. Lo que empiezan siendo calambres musculares, se convierten en úlceras que terminan en amputaciones, por los kilos de azúcar que la diabética Coca Cola deposita e incinera en el reloj biológico del cuerpo humano.
Hirviéndola en una cazuela a fuego lento o mezclándola con leche descremada, con filetes de carne, con pastillas de mentas, con bichos del jardÃn o con tornillos oxidados, es impresionante dilucidar al alto poder corrosivo de la Coca Cola, que se transforma en azul petróleo, en huevo podrido, en desinfectante del inodoro, en aceite lubricante, en explosión doméstica y en plaguicida de bajo costo.
Vale aclarar, que la combinación de agua carbonatada con ácido ortofosfórico, cafeÃna, aspartamo, benzoato de sodio, fenilalanina, metanol, color caramelo, fructosa, acesulfame de potasio, y demás ingredientes adheridos a las gaseosas de Coca Cola (Original, Light, Zero, Stevia), influyen con mayor daño en nuestro organismo que los cigarrillos, los energizantes y las cervezas.
Es tanta la perversión consumista, que Coca Cola le paga a famosos nutricionistas, instructores de gimnasios y expertos del fitness, para que tiren a la basura su ética profesional y afirmen en blogs, en periódicos y en revistas como “American Heart Month”, que una lata pequeña de Coca Cola constituye “una buena merienda” para mantener ejercitado el cuerpo. De igual manera, se maquilla el veneno con el uso de saborizantes artificiales (vainilla, limón, naranja, cereza, uva), que envician las papilas gustativas de los adictos cocacoleros, para que rechacen cualquier bebida, zumo o alimento de origen natural.
Seamos sinceros, la composición quÃmica de la Coca Cola demuestra claramente que es una droga vendida sin prescripción médica. Usted se está drogando a diario consumiendo una sustancia transgénica invasiva, que desequilibra el bienestar fÃsico y mental del cuerpo humano. Si supieran que la vida es un pequeñÃsimo instante sideral en retrospectiva, no fueran tan tontos para asfixiar por voluntad propia el pequeñÃsimo sueño cósmico de la vida, bebiendo la ignorante chispa que honra la muerte.
Piensa que tu abuelo podrÃa haber vivido 10 años más, tu mamá podrÃa haber vivido 5 años más, y tú tienes la vida entera para recapacitar y no continuar haciéndole un irreparable daño al organismo. Yo no lo digo porque escribà un artÃculo de opinión o porque investigué bastante al respecto. Lo afirmo, porque como la gran mayorÃa de las personas, yo también compraba los refrescos de la Coca Cola, pero fue por mi propia mala experiencia que dejé de ingerirlos hace más de 10 años.
Recuerdo que cuando estudiaba en la universidad y bebÃa Coca Cola, me daba con recurrencia acidez estomacal. El centro del pecho se me endurecÃa muchÃsimo, hasta pensaba que me darÃa un infarto por el fuerte dolor torácico. Los ojos se me enrojecÃan. SentÃa que mis dientes se estaban volviendo arcilla, y perdÃa la paciencia con facilidad. Era obvio que las bebidas carbonatadas me estaban enfermando.
Por eso, decidà cambiar drásticamente mis hábitos alimenticios, bebiendo ocho vasos de agua al dÃa que activan los órganos internos, favorecen la digestión, bajan la presión arterial, aumentan la energÃa, reducen el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares, hidratan la piel y desintoxican el sistema linfático. A su vez, le dà prioridad a las galletas integrales, a los jugos naturales, a las ensaladas, a los cereales, a las frutas y a la milagrosa práctica del veganismo. Ese cambio radical en mi estilo de vida, me ha transformado en un hombre más positivo ante los retos que trae consigo la vida, mejorando mi estabilidad emocional y mi concentración, para desenvolverme como periodista en mi querida Venezuela.
Dicen que no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista. Pero parece que el flash capitalista en el centenario de Coca Cola, inmortalizará el destino de todos sus ángeles caÃdos.
Cola como pesticidas
Muchos medios aseguran que la Cola Cola y la Pepsi sirven para muchas cosas excepto para beber. Personalmente no tomo ni Coca Cola ni ningún refresco carbonatado y azucarado artificialmente, pero hay muchas personas que continúan bebiendo este tipo de bebidas, sino te convencen los cientos de datos acerca del daño que causan al organismo, que tal enterarte que en algunos paises los utilizan como pesticidas.
Pero veamos, ¿qué son los pesticidas?. Los pesticidas, agroquÃmicos, o también denominados plaguicidas, son sustancias quÃmicas destinadas a matar, repeler, atraer, regular o interrumpir el crecimiento de seres vivos considerados plagas.
Dentro de esta denominación se incluyen insectos, hierbas, pájaros, mamÃferos, peces y microbios que compiten con los humanos para conseguir alimento, destruyen las siembras y propagan enfermedades. Los pesticidas pueden ser tóxicos.
Teniendo estos datos claros, vamos a lo que está pasando en India. Los agricultores del estado de Chhattisgarh en la India, están utilizando Coca-Cola y Pepsi como pesticidas ya que es más barata y aparentemente cumple la misma función.
Tanto Pepsi como Coca-Cola se oponen al uso de sus productos como pesticidas, señalando que no hay nada en las bebidas que pueda ser utilizado para el control de pestes. Sin embargo, los agricultores de los estados de Durg, Rajnandgaon y Dhamtari en Chhattisgarh, están completamente en desacuerdo con esa postura, ya que han tenido gran éxito utilizando Pepsi y Coca-Cola para proteger sus plantaciones de arroz contra las pestes. De hecho, Rajnandgaon recientemente batió el récord mundial de la mayor producción de arroz sin uso de OGMs (Organismos Genéticamente Modificados). Si bien usar Coca-Cola como pesticida no es 100% natural ni orgánico, ciertamente es más seguro que usar el veneno tradicional.
Los cientÃficos agrÃcolas apoyan que esto pudiera ser porque el alto contenido de azúcar de las bebidas pueden hacerlos efectivos en la lucha contra las plagas. “Todo lo que está ocurriendo es que las plantas obtienen un suministro directo de carbohidratos y azúcar que a su vez aumenta la inmunidad de las plantas”, Sanket Thakur, cientÃfico agrÃcola.
Se trata de una tendencia que se ha visto en otras partes de la India, los agricultores también utilizan marcas de la India de colas.
Cola como pesticidas
Muchos medios aseguran que la Cola Cola y la Pepsi sirven para muchas cosas excepto para beber. Personalmente no tomo ni Coca Cola ni ningún refresco carbonatado y azucarado artificialmente, pero hay muchas personas que continúan bebiendo este tipo de bebidas, sino te convencen los cientos de datos acerca del daño que causan al organismo, que tal enterarte que en algunos paises los utilizan como pesticidas.
Pero veamos, ¿qué son los pesticidas?. Los pesticidas, agroquÃmicos, o también denominados plaguicidas, son sustancias quÃmicas destinadas a matar, repeler, atraer, regular o interrumpir el crecimiento de seres vivos considerados plagas.
Dentro de esta denominación se incluyen insectos, hierbas, pájaros, mamÃferos, peces y microbios que compiten con los humanos para conseguir alimento, destruyen las siembras y propagan enfermedades. Los pesticidas pueden ser tóxicos.
Teniendo estos datos claros, vamos a lo que está pasando en India. Los agricultores del estado de Chhattisgarh en la India, están utilizando Coca-Cola y Pepsi como pesticidas ya que es más barata y aparentemente cumple la misma función.
Tanto Pepsi como Coca-Cola se oponen al uso de sus productos como pesticidas, señalando que no hay nada en las bebidas que pueda ser utilizado para el control de pestes. Sin embargo, los agricultores de los estados de Durg, Rajnandgaon y Dhamtari en Chhattisgarh, están completamente en desacuerdo con esa postura, ya que han tenido gran éxito utilizando Pepsi y Coca-Cola para proteger sus plantaciones de arroz contra las pestes. De hecho, Rajnandgaon recientemente batió el récord mundial de la mayor producción de arroz sin uso de OGMs (Organismos Genéticamente Modificados). Si bien usar Coca-Cola como pesticida no es 100% natural ni orgánico, ciertamente es más seguro que usar el veneno tradicional.
Los cientÃficos agrÃcolas apoyan que esto pudiera ser porque el alto contenido de azúcar de las bebidas pueden hacerlos efectivos en la lucha contra las plagas. “Todo lo que está ocurriendo es que las plantas obtienen un suministro directo de carbohidratos y azúcar que a su vez aumenta la inmunidad de las plantas”, Sanket Thakur, cientÃfico agrÃcola.
Se trata de una tendencia que se ha visto en otras partes de la India, los agricultores también utilizan marcas de la India de colas.