2012-10-27 | En su cuadro más famoso, Judith decapita a Holofernes con toda tranquilidad. Son personajes bÃblicos: la princesa hebrea que finge ceder a los requerimientos del general invasor, lo emborracha y, cuando el general duerme, le corta la cabeza. En su obra más famosa, se cree, Artemisia Gentileschi se vengó para siempre de su violador. Judith se parece a Artemisia y Holofernes a él.
Hace 400 años que le está cortando la cabeza. Otra obra de una de las grandes de la pintura barroca –Magdalena desvanecida– podrá verse en el Museo Nacional de Bellas Artes, en la muestra Caravaggio y sus seguidores , que inaugura mañana.
Artemisia Gentileschi es la única mujer entre los quince artistas de esta exposición. Una soledad como la que tuvo en vida: nacida en Roma en 1593, no era habitual que una mujer pintara. Pero Artemisia era la hija de Orazio Gentileschi, otro pintor con obra en esta muestra. Orazio seguÃa a Caravaggio, desde que, en el 1600, habÃa visto sus obras sobre San Mateo. El dramatismo, el uso de luces y sombras de Caravaggio le marcó un camino. Entre esas telas se crió Artemisia, la única de cuatro hermanos con talento para la pintura.
TenÃa 12 años cuando murió su madre y su papá se imaginó para Artemisia un destino femenino: monja, por ejemplo. Pero era pintor Orazio y la fuerza artÃstica de la chica se hacÃa ver. A los 15, ya estaba trabajando con él. A los 17 pintó su primera obra, Susana y los viejos . Susana es joven, está desnuda, dos hombres avanzan sobre ella. Algunos dirÃan que ese primer cuadro fue profético.
Es que la casa de los Gentileschi era, también, el taller. Pasaban modelos, artistas, clientes. Hombres. Sólo por eso, la reputación de Artemisia viajó de boca en boca. Algo que importarÃa más tarde, cuando para acusar al violador tuviera que defenderse de esos rumores.
Para que aprendiera, para que supiera de perspectiva, el padre puso a la hija a estudiar con Agostino Tassi, un florentino, pintor de paisajes y marinas, que estaba trabajando con él en el palacio del Quirinal, en Roma.
Los testimonios del juicio cuentan que el 6 de mayo de 1611, cuando Orazio habÃa salido, Tassi entró a la casa y la encontró acompañada por Tuzia, un amigo de la familia. Que le pidió que saliera, y Tuzia salió, aunque Artemisia no querÃa.
Asà lo contó ella, según las actas del proceso: “Cerró la habitación con llave y una vez cerrada me lanzó sobre un lado de la cama dándome con una mano en el pecho, me metió una rodilla entre los muslos para que no pudiera cerrarlos, y alzándome las ropas, que le costó mucho hacerlo, me metió una mano con un pañuelo en la garganta y boca para que no pudiera gritar y habiendo hecho esto metió las dos rodillas entre mis piernas y apuntando con su miembro a mi naturaleza comenzó a empujar y lo metió dentro. Y le arañé la cara y le tiré de los pelos y antes de que pusiera dentro de mi el miembro, se lo agarré y le arranqué un trozo de carne”.
Después él prometió casamiento y ella aceptó, por el honor de la familia. Pero él no se iba a casar. Meses más tarde, Orazio hizo le escribió al papa Pablo IV: “Una hija del suplicante ha sido desflorada a la fuerza y conocida carnalmente por Agostino Tassi, pintor, amigo y colega del suplicante” . Hubo juicio.
No bastaba el relato de Artemisia: para probar que no mentÃa, le hicieron exámenes ginecológicos en público. Para probar que podÃa sostener su verdad, la torturaron con un instrumento que apretaba cuerdas en torno a sus dedos. Quedó marcada.
“Este es el anillo que me regalaste, éstas son tus promesas” , dicen que le gritó a Tassi.
“Desflorar” es el verbo clave. Como ella era virgen, como no se pudo probar otra cosa en siete meses de juicio, Tassi fue condenado a un año de cárcel y cinco de expulsión de Roma, algo que al parecer no cumplió.
Entre 1612 y 1613 Artemisia pintó su primer Judith y Holofernes, que hoy está en Nápoles. Entre 1614 y 1620, el segundo, el más famoso. “ Me he visto honrada por todos los reyes y gobernantes de Europa a quienes he enviado mis trabajos. no sólo con regalos sino con las más favorables cartas, que guardo conmigo ”, le escribió en 1635 a su amigo Galileo Galilei.” Fue la primera mujer en la Academia de Dibujo de Florencia. Recibió encargos de la nobleza. Pero tras su muerte, su figura se desdibujó. Reapareció en el siglo XX. En 1944 la italiana Anna Banti escribió una novela sobre ella, que en 2008 se reeditó, con prólogo de Susan Sontag. Después vinieron más novelas, ensayos, pelÃculas.