Inasistencias en la Legislatura poblanaLa actual Legislatura del Congreso del Estado de Puebla, integrada por 41 diputados y dominada por la coalición morenista, enfrenta un escrutinio creciente por las inasistencias acumuladas en sesiones plenarias y de comisiones al cierre de 2025, revelando una brecha entre el discurso de responsabilidad pública y la práctica cotidiana de varios representantes populares.
Figuras como Nayeli Salvatori Bojalil, conocida por su presencia mediática en redes sociales y controversias como videos humorísticos desde el hemiciclo o declaraciones sobre el sistema de salud público, encabezan las listas de ausencias con al menos siete faltas registradas —una justificada en Pleno y seis en comisiones—, seguida cercanamente por Roberto Zataráin Leal, quien además de improductividad legislativa suma inasistencias notables que lo posicionan entre los menos comprometidos.
Otros nombres recurrentes incluyen a Grace Palomares, Khatya Sánchez, Susana Riestra Piña —esta última destacada como la más ausente en algunos cortes—, Rafael Micalco del PAN con hasta seis faltas en comisiones, y Delfina Pozos Vergara del PRI con similar número, junto a Ana Lilia Tepole con tres en Pleno y cuatro en comisiones.
Estas ausencias, muchas injustificadas, conllevan descuentos salariales automáticos conforme al reglamento interno, aunque persiste la percepción de laxitud en la aplicación de sanciones más severas, como la pérdida de la dieta completa o incluso la separación del cargo por reincidencia. En un contexto donde la Legislatura ha rendido informes de actividades con énfasis en consensos y transformación social, estas cifras contrastan con diputados puntuales que mantienen asistencia perfecta, subrayando desigualdades en el compromiso con la representación ciudadana.
El fenómeno no es aislado: reportes parciales de periodos anteriores ya señalaban a Salvatori con cinco faltas en el primer año, y a Zataráin por propuestas polémicas sin respaldo sindical, mientras comisiones clave sufren retrasos por quorum incompleto. Esta situación alimenta críticas sobre la profesionalización legislativa en Puebla, donde las inasistencias erosionan la legitimidad del Poder Legislativo ante una ciudadanía que exige mayor rendición de cuentas en tiempos de austeridad republicana proclamada.
Figuras como Nayeli Salvatori Bojalil, conocida por su presencia mediática en redes sociales y controversias como videos humorísticos desde el hemiciclo o declaraciones sobre el sistema de salud público, encabezan las listas de ausencias con al menos siete faltas registradas —una justificada en Pleno y seis en comisiones—, seguida cercanamente por Roberto Zataráin Leal, quien además de improductividad legislativa suma inasistencias notables que lo posicionan entre los menos comprometidos.
Otros nombres recurrentes incluyen a Grace Palomares, Khatya Sánchez, Susana Riestra Piña —esta última destacada como la más ausente en algunos cortes—, Rafael Micalco del PAN con hasta seis faltas en comisiones, y Delfina Pozos Vergara del PRI con similar número, junto a Ana Lilia Tepole con tres en Pleno y cuatro en comisiones.
Estas ausencias, muchas injustificadas, conllevan descuentos salariales automáticos conforme al reglamento interno, aunque persiste la percepción de laxitud en la aplicación de sanciones más severas, como la pérdida de la dieta completa o incluso la separación del cargo por reincidencia. En un contexto donde la Legislatura ha rendido informes de actividades con énfasis en consensos y transformación social, estas cifras contrastan con diputados puntuales que mantienen asistencia perfecta, subrayando desigualdades en el compromiso con la representación ciudadana.
El fenómeno no es aislado: reportes parciales de periodos anteriores ya señalaban a Salvatori con cinco faltas en el primer año, y a Zataráin por propuestas polémicas sin respaldo sindical, mientras comisiones clave sufren retrasos por quorum incompleto. Esta situación alimenta críticas sobre la profesionalización legislativa en Puebla, donde las inasistencias erosionan la legitimidad del Poder Legislativo ante una ciudadanía que exige mayor rendición de cuentas en tiempos de austeridad republicana proclamada.
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