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96 millones tirados en una rotonda

96 millones tirados en una rotonda: el legado de papel maché de Adán Domínguez

Por José Herrera
4 de julio de 2025

Lo que empezó como una obra emblemática para el exalcalde sustituto Adán Domínguez terminó, literalmente, desmoronándose bajo la lluvia. La llamada “super rotonda” de Avenida Juárez y 19 Sur —inaugurada con pompa apenas en septiembre del año pasado— no solo colapsó con el primer temporal serio, sino que arrastró consigo la mentira de los 55 millones de pesos que, según el discurso oficial, costó su ejecución.

La revelación del alcalde actual, Pepe Chedraui, fue tan seca como el asfalto agrietado: fueron 96 millones de pesos los que se diluyeron entre adoquines levantados, banquetas remendadas y luminarias de corta vida útil. No fue un solo contrato. Fueron dos: uno por 13 millones, y otro por 83. Así, la verdad terminó emergiendo de entre los charcos, y el drenaje técnico de la administración panista quedó exhibido.

Dos contratos, dos empresas y ninguna responsabilidad aún

Durante una entrevista, Chedraui detalló que ya se identificaron a las empresas responsables de la obra fallida y que la Contraloría Municipal está revisando la validez de sus fianzas. El objetivo es que las compañías respondan por el colapso prematuro de la intervención.

Aunque no se han revelado aún los nombres de las constructoras, el tono del presidente municipal fue claro: “Se va a llegar hasta las últimas consecuencias”. Un enunciado que —por más firme que suene— deberá materializarse en sanciones reales, devoluciones presupuestales y procedimientos administrativos, de lo contrario solo será otra frase hueca de la política municipal.

Adán responde desde las sombras: “No fue pavimento, fue el monumento”

El exedil panista Adán Domínguez, lejos de dar la cara, envió a su exdirector de Comunicación Social, Tonatiuh Avelino Morales, a repartir explicaciones a modo: que no se tocó el pavimento, que la obra fue únicamente en torno al monumento de Benito Juárez. Una defensa tan frágil como el adoquín suelto.

El problema es que su propio Tercer Informe de Gobierno lo contradice. Ahí, por escrito, se presume con orgullo que la intervención incluyó "mantenimiento en la superficie de rodamiento y los accesos vehiculares", además de bolardos, laja, jardineras y fuentes. En resumen: sí hubo intervención en el pavimento, y ahora está hecho trizas.

Obra pública sin rendición de cuentas: la constante

El caso de la Avenida Juárez no es un incidente aislado. Es un botón de muestra del modelo de obra pública que caracterizó al panismo en la capital poblana: contratos fraccionados, costos inflados, supervisión laxa y constructoras que desaparecen cuando toca responder.

En menos de un año, lo entregado por Domínguez se ha convertido en símbolo del despilfarro, la opacidad y la simulación. Porque si en algo fueron eficientes, fue en disfrazar remodelaciones cosméticas como proyectos transformadores, y en etiquetar “mantenimiento” donde había simples remiendos con barniz electoral.

El gobierno actual deberá ahora demostrar si la indignación es genuina o simplemente forma parte del viejo ritual político de echarle la culpa al antecesor mientras se reparten los contratos del futuro.

Porque 96 millones de pesos enterrados en una rotonda que se deshace con la lluvia no son solo un símbolo del mal gobierno. Son, literalmente, un crimen contra el presupuesto público.