Crónicas de Corrupción (XIV): Tecamachalco, un municipio de espaldas al pueblo y al futuro
Por Carlos Charis
25 de mayo de 2025
En Tecamachalco, uno de los municipios más emblemáticos de la región de Los Volcanes, la desconexión entre las autoridades y los ciudadanos parece ser una norma, no una excepción. En la administración de Carlos Peredo, presidente municipal desde 2021, los relatos de ineficiencia, desvíos de fondos y opacidad se acumulan mientras el municipio sigue siendo víctima de graves problemas de infraestructura, salud pública y seguridad.
Al igual que en otros casos de corrupción a lo largo del estado, los testimonios y evidencias apuntan a que el gasto público se ha dirigido no hacia las necesidades urgentes de la población, sino a proyectos ostentosos, contratos inflados y obras de bajo impacto social. Sin embargo, lo que ocurre en Tecamachalco no es solo un caso de despilfarro; es una completa indiferencia ante las demandas más básicas de sus habitantes.
Proyectos inalcanzables, promesas vacías
El Plan Municipal de Desarrollo de Tecamachalco ha prometido en reiteradas ocasiones mejorar la calidad de vida de los pobladores, pero al igual que en muchos otros municipios, los proyectos prometidos se quedan en papel o en discursos vacíos. La construcción de espacios públicos, mejoras viales y espacios recreativos parecen haberse olvidado, a pesar de que se anunciaron como prioridades de la administración.
Uno de los ejemplos más contundentes es el proyecto de remodelación del Mercado Municipal, que, según los informes, fue aprobado con una asignación de 10 millones de pesos en 2023. Sin embargo, la obra nunca se completó, y los recursos destinados para ello no se encuentran registrados en las auditorías correspondientes. Testimonios de trabajadores locales y comerciantes coinciden en que nunca hubo avances sustanciales, aunque los pagos a contratistas se realizaron sin justificación.
“Nos prometieron una remodelación que nos ayudaría a mejorar nuestras ventas, pero todo lo que hemos visto son ladrillos rotos y cables expuestos”, comenta José Luis Sánchez, comerciante del mercado.
La seguridad, un asunto de palabras
En el tema de la seguridad, el panorama no es menos desalentador. Tecamachalco ha registrado un aumento significativo de delitos como el robo de vehículos y el tráfico de drogas, pero la respuesta del gobierno municipal ha sido insuficiente. A pesar de la creación de un "plan de seguridad" en 2023 con recursos federales, los patrullajes son escasos y la capacitación de los oficiales es mínima.
Los recursos federales destinados a este fin, que deberían haberse utilizado para fortalecer las capacidades de los cuerpos de seguridad, nunca fueron aplicados correctamente. Se documentó que más de 2 millones de pesos se asignaron a la capacitación y equipamiento de la policía municipal, pero los testimonios de funcionarios indican que esos fondos no se utilizaron en los términos establecidos.
Además, los vehículos oficiales son antiguos y no cuentan con el mantenimiento adecuado, lo que limita enormemente la capacidad de respuesta ante situaciones de emergencia.
La creciente sombra de la corrupción
La corrupción en Tecamachalco no se limita a la mala administración de recursos, sino que parece estar arraigada en el corazón de las decisiones políticas. A través de una investigación de la Auditoría Superior del Estado, se detectó que empresas vinculadas al círculo cercano de Carlos Peredo han sido beneficiadas con contratos inflados, especialmente en el sector de la construcción. Estas empresas, que operan bajo nombres diferentes, en realidad están controladas por una misma red de intereses, lo que asegura que los fondos destinados a obras públicas y servicios sociales terminen en manos de unos pocos.
José María López, un habitante de Tecamachalco, expresó: "Cada vez que se anuncia una obra, sabemos que alguien va a ganar mucho dinero, pero no será la gente del pueblo. Al final, son los mismos de siempre los que se llevan el dinero, mientras nosotros seguimos viviendo en la pobreza."
El silencio de la población
Aunque las evidencias de corrupción y mala gestión se acumulan, lo cierto es que la mayoría de los habitantes de Tecamachalco se encuentran en un estado de desesperanza y silencio. Las denuncias públicas sobre los actos de corrupción no parecen surtir efecto, y la desconfianza en las autoridades locales y estatales ha llegado a niveles alarmantes.
Maria José Velázquez, una activista local, señala: "Es triste ver cómo, a pesar de las denuncias y las pruebas de corrupción, la gente se siente impotente. No podemos esperar que cambien las cosas si no nos unimos para exigirlo."