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Muere solo, bajo la lluvia: un indigente fallece recargado en una puerta del Centro Histórico de Puebla

Muere solo, bajo la lluvia: un indigente fallece recargado en una puerta del Centro Histórico de Puebla


Por José Herrera
27 de mayo de 2025

PUEBLA, Pue.— La ciudad siguió su curso: los pasos apresurados, el zumbido de los coches, la llovizna que empapó la tarde. Y ahí, en la esquina de la 5 Oriente y la 16 de Septiembre, un hombre en situación de calle —anónimo para las autoridades, invisible para muchos— murió solo, bajo la lluvia, recargado en una vieja puerta.

Fue la indiferencia generalizada la que mantuvo su cuerpo en posición durante varios minutos, tal vez horas. No fue sino hasta que algunos transeúntes advirtieron que el hombre no se movía —ni siquiera para cubrirse del agua— que se encendieron las alertas. Pensaron que estaba inconsciente. Llamaron a emergencias.

Pero los paramédicos que llegaron al lugar sólo pudieron certificar su muerte. El hombre, de entre 40 y 50 años, ya no tenía signos vitales. Su cuerpo fue cubierto con bolsas de plástico, un gesto mínimo de humanidad, mientras esperaban a la Fiscalía del Estado para realizar el levantamiento del cadáver.

No hubo escenas de histeria, ni tumultos, ni familiares desconsolados. No hubo nombre. Sólo un cuerpo más en la ciudad, un expediente más en la morgue. De manera preliminar, las autoridades atribuyeron el fallecimiento a causas naturales, aunque aún se realizan las diligencias correspondientes.

En la Puebla barroca del turismo y los portales restaurados, la muerte de un indigente no detiene el ritmo del centro histórico. Ni siquiera cuando ocurre a plena vista de todos.