El nombre de Noé Peñaloza Hernández, empresario y exalcalde de San Martín Texmelucan, volvió a los reflectores públicos, esta vez no por su trayectoria política, sino por el cuantioso adeudo que arrastra su empresa, Cerámica Santa Julia, con el Ayuntamiento de Huejotzingo.
Según declaraciones del presidente municipal Roberto Solís Valles, el consorcio cerámico enfrenta una deuda que supera los 10 millones de pesos, producto de omisiones en el pago de permisos, derechos por uso de suelo, licencias de funcionamiento, descargas residuales y sanciones acumuladas.
“El monto es elevado, pero han mostrado disposición”, expresó el edil durante un encuentro con medios locales. Detalló que actualmente se trabaja en la regularización de los 19 polígonos que componen las casi 15 hectáreas ocupadas por la empresa, aunque advirtió que el proceso está lejos de concluir. Hasta ahora, solo cuatro polígonos han sido cubiertos parcialmente, gracias a un pago reciente por poco más de un millón de pesos, según reconoció el propio gobierno municipal.
La dimensión del problema no es menor. Santa Julia opera desde hace años en Huejotzingo, pero al parecer lo ha hecho al margen de diversas normativas municipales. De acuerdo con fuentes del ayuntamiento, el consorcio promovió dos juicios de amparo, uno de los cuales estaría relacionado con la operación de sus hornos de alta temperatura, alimentados con gas LP. Estos procesos legales habrían servido, en parte, para mantener sus actividades productivas sin interrupciones, pese al cúmulo de irregularidades administrativas.
Solís Valles admitió que a la empresa se le permitió el ingreso de al menos 20 trabajadores para continuar con las labores esenciales dentro de las instalaciones, mientras se resuelven los aspectos legales y financieros del caso.
La figura de Noé Peñaloza no es ajena a la polémica. En su paso por la alcaldía de Texmelucan fue señalado por presuntas omisiones en materia de obra pública y relaciones poco transparentes con proveedores. Ahora, su papel como empresario vuelve a estar en entredicho, en un contexto donde la opacidad y la impunidad en el uso del suelo industrial son prácticas demasiado comunes en la región.
Mientras tanto, el municipio de Huejotzingo busca marcar distancia con ese tipo de prácticas. “No vamos a permitir que empresas con grandes extensiones de tierra operen sin regularizarse. Todos deben pagar lo que les corresponde”, sentenció el alcalde.
Queda por ver si la supuesta "buena voluntad" de Peñaloza será suficiente para saldar la deuda que su empresa arrastra con las arcas municipales o si el asunto escalará a niveles judiciales. Por ahora, Huejotzingo parece dispuesto a cobrar hasta los calzones.
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