Crónicas de la Podredumbre Municipal (VIII): Huehuetla, el pozo que tragó millones pero nunca dio agua
Por Carlos Charis
12 de mayo de 2025
En Huehuetla, un municipio enclavado en la Sierra Nororiental de Puebla, el acceso al agua potable es un problema tan antiguo como la erosión de sus cerros. Por eso, en 2023, cuando el entonces presidente municipal Carlos N. Rojas Ortega anunció la perforación de un pozo profundo con una inversión superior a 5 millones 200 mil pesos, los pobladores de las comunidades de Tepetzintla, Nanacatlán y Xochitonal tomaron la noticia como una promesa de alivio.
La obra fue registrada en el Programa de Inversión Pública con folio OP-2154-23. Se reportó un avance del 100%. El pozo, según el acta de entrega-recepción, tenía 90 metros de profundidad, bomba sumergible instalada y análisis de calidad del agua certificados por laboratorio. Todo parecía en orden.
Todo, menos el agua.
A inicios de 2024, los vecinos comenzaron a denunciar que el pozo nunca funcionó. Ni una gota. No había presión, no había distribución, no había tanque elevado. Al principio, la administración local culpó a la sequía. Luego, al desabasto eléctrico. Más tarde, a “fallas técnicas” del contratista. Finalmente, al cambio de administración.
La Auditoría Superior del Estado, en su revisión de la cuenta pública 2023, encontró que el pozo fue simulado. Sí se hizo una perforación… pero sólo hasta 15 metros de profundidad. Las facturas por la bomba hidráulica, el cableado y el transformador corresponden a un proveedor fantasma registrado en Querétaro. Las fotos entregadas como evidencia de obra pertenecen a otro municipio, recortadas y con coordenadas GPS alteradas.
El tanque elevado, valorado en 1 millón 700 mil pesos, jamás fue construido. Sólo hay una base de concreto abandonada y maleza creciendo donde supuestamente estaría el suministro de agua.
Las entrevistas con habitantes de la zona retratan el hartazgo:
“Nos prometieron agua limpia, pero ni siquiera nos dieron agua sucia”, dice doña Teodora, quien carga cubetas desde un arroyo a 2 kilómetros cada mañana.
“El pozo más profundo aquí es el del cinismo”, remata un joven profesor bilingüe que ha documentado el caso ante instancias de derechos humanos.
A la fecha, no hay denuncias penales por esta simulación. El exalcalde goza de una regiduría en una cabecera vecina, y el contratista principal fue visto como “asesor técnico” en Zacapoaxtla, asesorando otra obra hídrica.
La lección es clara: en Huehuetla, el agua escasea, pero la impunidad fluye con abundancia.