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7 millones al aire: comando embiste camioneta de Seguritec y mata a custodio en asalto “de película”

7 millones al aire: comando embiste camioneta de Seguritec y mata a custodio en asalto “de película”

Por Carlos Charis
28 de mayo de 2025

La escena parecía sacada de una película de bajo presupuesto pero con dirección precisa: un comando de al menos ocho hombres, una camioneta pick-up cargada con siete millones en efectivo, una embestida violenta y un cadáver tirado frente a Ciudad Judicial. Todo pasó en segundos. Todo estaba calculado.

La Fiscalía General del Estado ya tiene en su poder los videos captados por las cámaras de vigilancia. En ellos se ve cómo una unidad de carga —una de esas de construcción, pesada, sin placas ni misericordia— se lanza de frente contra la camioneta de Seguritec, que cargaba más dinero del que ve un obrero en toda su vida.

De ahí en adelante fue ruido, muerte y estrategia:
Los tipos bajaron rápido. No preguntaron nombres. Le dispararon al conductor, Jesús B. R., unas 15 veces. En el pecho. En el cuello. En lo que fuera necesario para dejarlo callado para siempre.

Luego se dirigieron directamente a la batea. Nada de maletas, ni cofres ni claves: el efectivo estaba ahí, en bruto. Lo sacaron como quien saca costales de tierra, lo metieron a otra unidad y desaparecieron, dejando atrás solo sangre, pólvora y una camioneta destruida.

Nada era casual

Según fuentes que hablaron entre dientes, el traslado fue extraño. No se usó camioneta blindada. Nada de rotulados. “Bajo perfil”, decían. Seguritec había sido asaltada una semana antes y esta vez decidieron hacer el traslado como si llevaran herramientas, no millones.
Pero los criminales sabían.
Sabían la ruta, el día, la hora y hasta el modelo de la pick-up. No fue suerte. Fue aviso.

Después del ataque, dos tipos llegaron al lugar. Los detuvieron por alterar la escena, pero resultaron ser empleados de la empresa a donde iba el dinero. Llevaban papeles, sellos, tal vez hasta el almuerzo. Fueron liberados. Nadie más.

La FGE no descarta que haya información filtrada desde dentro. Tampoco que este golpe esté vinculado a redes de lavado, factureras y otros cánceres financieros que se mueven entre el lodo burocrático y las corbatas caras.

Mientras tanto, los 7 millones ya deben estar viajando por alguna carretera federal en bolsas negras, rumbo a quién sabe qué contabilidad creativa.
Y Jesús B. R. ya forma parte de esa estadística que nadie quiere mirar, la de los que mueren cuidando un dinero que no era suyo y que nunca iban a tocar.