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La libertad de expresión, un valor insignia en la 4T

  


La libertad de expresión, un valor insignia en la 4T

Una iniciativa que atenta contra la libertad de expresión no puede provenir de Morena

Alejandro Carvajal Hidalgo

En la Cámara de Diputados nos enteramos de la errada iniciativa que presentó el diputado local de Morena, Fernando Sánchez Sasia, que propone sancionar hasta con cuatro años de prisión a quienes bloqueen vialidades como una forma de manifestarse. Este yerro legislativo ha sido calificado por diversas organizaciones campesinas, movimientos sociales y público en general como una propuesta aberrante que no encaja con los principios que profesamos en un partido humanista, antineoliberal, pacífico y democrático.

Por ello, respetuosamente he pedido en redes sociales al diputado local de Morena que reculé en esta afrenta contra la libertad de expresión y asociación. Aquí expongo algunos argumentos.

Para los Estados republicanos, la libertad de expresión es una condición sin la cual no podría haber democracia; de hecho, es tan relevante que si se vulnera este derecho, se violentaría todo el entramado de derechos civiles y políticos. Es decir, no habría democracia.

El devenir histórico de nuestro país como nación independiente se ha caracterizado por impulsar grandes transformaciones desde la organización popular, la libertad de expresión, imprenta, manifestación; y eso de manera paulatina ha venido a construir un Estado en el que su población se ha acostumbrado cada vez más a prácticas democráticas.

Es decir, la Cuarta Transformación se explica en gran medida por la libertad de expresión y la creciente presencia de redes alternativas de comunicación a los medios tradicionales: televisión, radio y periódicos. Bien dice, reiteradamente nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador: “benditas redes sociales”.

Esta creciente incidencia de medios alternativos de información, expresión y manifestación han provocado que la opinión pública difiera con la opinión publicada en medios tradicionales, de hecho, aquí cabe otro dicho sobre aquellos que creen que aún pueden manipular a la sociedad: “tonto es el que piensa que el pueblo es tonto”.

Tan relevante ha sido para el presidente la incidencia en la opinión pública que en lugar de prohibir, censurar o regular estas mal intencionadas prácticas de los medios de tradicionales, prefirió enfrentar verdades y calumnias como nunca antes se había hecho, de manera diaria en una plataforma de comunicación que escuchan servidores públicos de todos los niveles, medios de comunicación de todas las tendencias y el público en general, que frente a una conversación pública contaminada por estruendosas acusaciones, prefieren oír a su presidente.

Es decir, en la Cuarta Transformación no se acalla, no se persigue, no se reprime, al contrario, se tolera, se respeta la diferencia, pero sobre todo, se llega a acuerdos, se antepone la justicia, se defiende el territorio y se combaten las prácticas usureras, extractivistas, en síntesis: neoliberales.

@ACarvajal06