2 de octubre del 68: herida abierta
Es la vil y cobarde agresión a los estudiantes reunidos en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelo
Gerardo Pérez Muñoz
Al día siguiente nadie. La plaza amaneció barrida; los periódicos dieron como noticia principal el estado del tiempo.
Rosario Castellanos
Una de las grandes heridas sociales que todavía sangran y supuran, que no han cerrado, es la vil y cobarde agresión a los estudiantes reunidos en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, esa tarde gris que se tiñó de rojo, un 2 de octubre de hace 55 años.
De acuerdo al octavo censo de población, el municipio de Puebla tenía una población en 1960 de 651, 000 habitantes. Diez años después, ya eran 1,007,170 mil habitantes (IX Censo de población). Por el contrario, el anuario estadístico del INEGI nos dice que la Puebla de Zaragoza solamente tenía 401, 603 habitantes. Quizá lo anterior se debió a que muchos habitantes de las juntas auxiliares y de las rancherías ubicadas en el municipio no fueron censados.
En aras del progreso y el desarrollo, en 1962 y mediante decreto, los siguientes pueblos que tenían rango de municipios, se les rebajó a ser simples juntas auxiliares de la ciudad y se anexaron al municipio de Puebla: San jerónimo Caleras, San Felipe Hueyotlipan, San Miguel Canoa, La Resurrección y San Francisco Totimehuacan.
En aquellos años, el gobernador del estado era el Ing. Aarón Merino Fernández y la ciudad de Puebla era gobernada por el Dr. Carlos Vergara Soto, ambos del partido aplanadora y hegemónico en ese momento. El Ing. Merino Fernández sustituyó al gobernador ávila camachista, Gral. Antonio Nava Castillo, que tuvo que renunciar por un conflicto social, el de los lecheros, al que se unieron estudiantes de la UAP y apoyó la Central Campesina Independiente (CCI). El de Nava Castillo fue un gobierno autoritario, antidemocrático, aliado a los empresarios y rodeado de militares.
El 3 de octubre, los estudiantes de la UAP en protesta contra la represión del régimen de Díaz Ordaz a los estudiantes en Tlatelolco, tomaron la calle; ante ello, el comandante de la XXV Zona Militar, Gral. Eusebio González, giró instrucciones a todos los destacamentos militares y defensas rurales en el estado para que cooperaran con las autoridades municipales y les otorgaran todo su apoyo para evitar la realización de actos sediciosos. El día 10 de octubre de 1968, el Ejército, en coordinación con otros “cuerpos del orden”, impidió mítines en los municipios de Chiautla, Izúcar de Matamoros, Atlixco, Ciudad Serdán y Huauchinango (2 de octubre no se olvida: así fue el movimiento estudiantil del 68 en Puebla | El Universal Puebla).
En esta última ciudad un grupo de diez activistas provenientes del entonces del Distrito Federal (DF) fue aprehendido y deportado a la capital de la República ya que había órdenes precisas de que se entregaran de inmediato todos los elementos subversivos a las autoridades judiciales del DF (Si es necesario actuará el ejército con energía, Novedades, 11/X/1968). Un día antes, había sido detenido el universitario y líder comunista, Joel Arriaga.
Producto de la histeria anticomunista sembrada por el arzobispo Octaviano Márquez y Toriz, a mediados de septiembre del 68, fueron linchados varios trabajadores universitarios y un campesino en San Miguel Canoa.
La periodista y dramaturga, María Luisa La China Mendoza, contó: “Vi mujeres jóvenes y viejas, hombres maduros, muchachos de suéter, niños y bebés en brazos, correr, correr, como en una pesadilla. Los oí gritar y oí las balas y las vi cruzar el aire, coloradas, y traspasar las paredes de los departamentos” (Antología La O por lo redondo, México, Grijalbo, 1971).
José Alvarado escribió: “Había belleza y luz en las almas de los muchachos muertos. Querían hacer de México morada de justicia y verdad: la libertad, el pan y el alfabeto para los oprimidos y olvidados. Un país libre de la miseria y el engaño. Y ahora son fisiologías interrumpidas dentro de pieles ultrajadas. Algún día habrá una lámpara votiva en memoria de todos ellos.”
Obispo Sergio Méndez Arceo: Ante los acontecimientos que nos llenan de vergüenza y de tristeza [ ...] hay que considerar positivo y consolador el hecho de que los jóvenes hayan despertado así a una conciencia política y social y que aporten a México una esperanza que es nuestro deber alentar (Carlos Fazio, La cruz y el martillo. Pensamiento y acción de Sergio Méndez Arceo.)
Las voces de los poblanos
Obispo Octaviano Márquez y Toriz: Señor Presidente, nos estamos enterando con horror de que los comunistas hicieron una manifestación muy grande en el Zócalo de la ciudad de México, y nos apresuramos a hablarle para que cuente con nuestro total apoyo y simpatía. No podemos permitir que los comunistas lleguen a agitar (Raquel Pastor, José Álvarez Icaza y la puesta en práctica del Concilio Ecuménico Vaticano II, 2004). El obispo le llamó a Díaz Ordaz desde Medellín, Colombia, en donde se realizaba la III Conferencia del Episcopado Latinoamericana (CELAM).
Vicente Lombardo Toledano, secretario General del Partido Popular Socialista (29 de agosto de 1968). Los enemigos de la Revolución Mexicana, que se autonombran de extrema izquierda, y los de la derecha, han realizado esfuerzos extraordinarios que implican una preparación previa y una organización bien meditada, que representan grandes erogaciones de dinero para transformar el conflicto estudiantil en un movimiento político contra el gobierno de la República, tal como lo denunció el PPS en su Manifiesto del 5 de agosto. 1968… La conducta de las autoridades lo ha probado, que el camino para el diálogo está abierto. Está en marcha desde hace algunos años una gran conspiración contra México.
La escritora Daniela Spenser en su libro En combate. La vida de Lombardo Toledano (2018, Edit. Debate), menciona que Lombardo fue uno de los sembradores de la gran impostura de la izquierda.
Vale la pena recordar que Lombardo Toledano falleció en el Hospital Inglés de la capital del país, en una suite financiada por el filántropo británico Thomas Edward.
El genocida y agente de la CIA, Gustavo Díaz Ordaz (Litempo 2), afirmó un año después de la masacre lo siguiente: “De lo que estoy más orgulloso de esos seis años es del 1968, porque me permitió servir y salvar al país. Los estudiantes dispararon perversamente contra los soldados y sus propios compañeros”. El otro genocida, Luis Echeverría, murió en olor de impunidad.
Puebla y la llama Olímpica
El 12 de octubre de 1968 pasó por San Martín Texmelucan la flama olímpica rumbo a la ex Ciudad de México, hecho al que se le dio una gran difusión en la prensa local.
Las peticiones de los estudiantes agrupados en el Consejo Nacional de Huelga
1) Libertad a los presos políticos
2) Destitución de jefes policiales, de los generales Luis Cueto Ramírez y Raúl Mendiola y el teniente coronel, Armando Frías.
3) Extinción del cuerpo de granaderos
4) Derogación del art. 145 y 145 bis del Código Penal Federal que condenaba el delito de disolución social.
La Dra. Gloria Tirado menciona que la UAP fue la primera universidad que salió a manifestarse en apoyo a la lucha estudiantil (con más pancartas que estudiantes según un participante). El 6 de diciembre de 1968 el Comité Nacional de Huelga-Puebla levantó el paro en la universidad.
Tres representantes poblanos en el CNH: Miguel Ángel Burgos y otro; mientras que por Filosofía y Letras fue Rosa María Barrientos.
Bien lo asentó la periodista y escritora, Elena Poniatowska en su icónico y profético libro, La noche de Tlatelolco que en México es fácil producir cadáveres.
Fue en gran parte a esos valientes jóvenes del 68 y el 71 y de su lucha y sueño de tener una patria más justa, libre y democrática, que hoy gozamos de los derechos y libertades que hoy gozamos. Sería injusto no reconocer la lucha de las y los hermanos indígenas, campesinas, obreras, de los sectores urbano, popular, mujeres… es por ello que nuevamente levantamos la voz para decir: ¡Ni perdón ni olvido! ¡Justicia!
Los dejo con un fragmento de un poema alusivo al 68 escrito por el gran poeta chiapaneco, Jaime Sabines. Ojalá lo lean completo.
Tlatelolco 68
Nadie sabe el número exacto de los muertos,
ni siquiera los asesinos,
ni siquiera el criminal.
(Ciertamente, ya llegó a la historia
este hombre pequeño por todas partes,
incapaz de todo menos del rencor.)
Tlatelolco será mencionado en los años que vienen
como hoy hablamos de Río Blanco y Cananea,
pero esto fue peor,
aquí han matado al pueblo
no eran obreros parapetados en la huelga,
eran mujeres y niños, estudiantes,
jovencitos de quince años,
una muchacha que iba al cine,
una criatura en el vientre de su madre,
todos barridos, certeramente acribillados
por la metralla del Orden y Justicia Social.
A los tres días, el ejército era la víctima de los desalmados,
y el pueblo se aprestaba jubiloso
a celebrar las Olimpiadas, que darían gloria a México.
Pregunta a los precandidatos de la Cuatro T al gobierno del estado de Puebla
¿Que han hecho ustedes para que se castigue, así sea en forma post mortem, a los asesinos materiales e intelectuales de los universitarios Joel Arriaga, Enrique Cabrera, Alfonso Calderón, José Norberto Suárez Lara, Víctor Manuel Medina Cuevas y Enrique González Romano?
Octubre de 2023