Cabeza logo

header ads

La energía en la transformación social

 Alejandro Armenta Mier

Senador de la República


Es momento de transformar la concepción que tenemos de lo que representa la energía para los seres humanos. Estamos acostumbrados y se nos hace de lo más normal el uso de la energía todos los días, pero no hemos hecho conciencia de lo importante que es para la vida diaria.

La vida cotidiana depende en gran medida de la energía, ya sea en forma de electricidad, de gas, o de combustibles, por lo que existe un gran nexo entre energía y otros ámbitos esenciales del desarrollo, como el agua, la alimentación, la salud, la movilidad.

La energía es necesaria para todo, hasta para subsistir; debemos preservar y garantizar este derecho que se ha vuelto tan elemental como un derecho humano.

Es importante mencionar que hay diferentes instrumentos internacionales que hacen referencia al derecho humano a la energía, tales como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales y, la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer.

En ese contexto fue que en el Senado de la República se formalizó una iniciativa con la que se busca consagrar el derecho a la energía como un derecho fundamental, además de defender la prestación de la energía no como una simple mercancía sino como un derecho social.

Los beneficios de considerar a la energía como un derecho para lograr la autosuficiencia se centran en el aseguramiento de un desarrollo vital mínimo, así como el garantizar a la población acciones tan básicas como cocinar, conservar alimentos, disponer de agua caliente o iluminación.

De esa manera, se protegerá a los individuos y grupos de acciones y omisiones que vulneren su derecho a la energía, haciendo que se respete, proteja y garantice; en caso de que no se cumpla, pueda ser reclamado jurídicamente.

Por lo que la iniciativa presentada por el presidente Andrés Manuel López Obrador en materia de defensa de la industria eléctrica y del litio, es para fortalecer nuestra soberanía y que la seguridad energética sea en beneficio primero de los mexicanos.

De enero a octubre de 2021, en el caso, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) produce el 55 por ciento de la generación de electricidad a través de fuentes limpias, mientras que el 45 por ciento la genera los privados, con lo que se demuestra la capacidad y diversidad de la empresa de la CFE.

Basta revisar las cifras: en 2021 se registró una cobertura del sistema eléctrico del 99.15 por ciento de la población del país; sin embargo, aún queda 0.85 por ciento de la población que no tiene acceso a electricidad, lo que equivale a 1 millón 71 mil 119 personas.

Por ello, tanto el derecho a la energía como el lograr la soberanía energética es una prioridad para darle fuerza a las paraestatales y que nuestro país sea el centro de sus beneficios.