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San Sebastián

Sebastián (mártir)
San Sebastián

Nacimiento 256
Narbona Vexilloid of the Roman Empire.svg Imperio romano
Fallecimiento 288
Roma Vexilloid of the Roman Empire.svg Imperio romano
Venerado en Iglesia Católica y Ortodoxa
Canonización culto inmemorial
Festividad 20 de enero rito romano,
18 de diciembre rito bizantino
Atributos Flechas
Patronazgo Soldados, plagas, flechas, atletas, San Sebastián, San Sebastián de La Gomera, La Gomera.


San Sebastián es un santo venerado por la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa. Fue soldado del ejército romano y del emperador Diocleciano, quien -desconociendo que era cristiano- llegó a nombrarlo jefe de la primera cohorte de la guardia pretoriana imperial.


Vida y muerte
Nació en Narbona (Francia) en el año 256, pero se educó en Milán. Cumplía con la disciplina militar, pero no participaba en los sacrificios paganos por considerarlos idolatría. Como cristiano, ejercitaba el apostolado entre sus compañeros, visitando y alentando a otros cristianos encarcelados por causa de su religión. Acabó por ser descubierto y denunciado al emperador Maximian (amigo de Diocleciano), quien lo obligó a escoger entre poder ser soldado o seguir a Jesucristo.

El santo escogió seguir a Cristo. Decepcionado, el emperador le amenazó de muerte, pero Sebastián se mantuvo firme en su fe. Enfurecido, le condenó a morir asaeteado. Los soldados del emperador lo llevaron al estadio, lo desnudaron, lo ataron a un poste, y lanzaron sobre él una lluvia de saetas, dándolo por muerto. Sin embargo, sus amigos se acercaron y, al verlo todavía con vida, lo llevaron a casa de una noble cristiana romana llamada Irene esposa de Cástulo, que lo mantuvo escondido y le curó las heridas hasta que quedó restablecido.

Sus amigos le aconsejaron que se ausentara de Roma, pero Sebastián se negó rotundamente. Se presentó ante el emperador, quien, desconcertado, lo daba por muerto, y le reprochó enérgicamente su conducta por perseguir a los cristianos. Maximiano mandó que lo azotaran hasta morir, y los soldados cumplieron esta vez sin errores la misión, tirando su cuerpo en un lodazal. Los cristianos lo recogieron y lo enterraron en la Vía Apia, en la célebre catacumba que lleva el nombre de San Sebastián. Murió en el año 288.

Culto
El culto a San Sebastián es muy antiguo y está muy extendido; es invocado contra la peste y contra los enemigos de la religión, y además es llamado "el Apolo cristiano" ya que es uno de los santos más reproducidos por el arte en general.

Los primeros cristianos de Roma perseguidos llegan a las Islas del Mediterráneo y traen, con fe cristiana, su devoción al mártir Sebastián.

Su fiesta se celebra el 20 de enero y ha estado siempre unida a la de san Fabián, en la festividad de los Santos Mártires.

Representaciones
San Sebastián es posiblemente uno de los santos más representados de la iglesia católica. El mundo del arte se nutre frecuentemente con obras pictográficas y esculturas que realzan la aceptación de su destino y la redención por parte de los ángeles. En las representaciones del primer milenio viste la clámide militar como correspondía a su cargo, y siempre imberbe. Durante el Gótico, aparece con armadura de mallas a la moda de la época, pero pronto aparece con el rico traje de los nobles palatinos de entonces y generalmente con barba. Desde ese momento es mucho más frecuente representarlo desnudo en el momento de ser asaeteado. El atributo antiguo es la corona de flores en la mano. El atributo personal, desde la Edad Media, es una saeta y el arco entre sus manos.

Desde el siglo XV los artistas han preferido presentarlo desnudo, joven e imberbe, con las manos atadas al tronco de un árbol que tiene detrás y ofreciendo su torso a las saetas del verdugo. Muchos artistas lo han representado; entre ellos cabe destacar la escultura de Alonso Berruguete conservada en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid y la pintura de El Greco El martirio de san Sebastián, una de las obras más realistas de este pintor, que se encuentra en el Museo catedralicio de Palencia.

Botticelli
San Sebastián es una obra del pintor renacentista italiano Sandro Botticelli, ejecutada en 1474. Mide 195 centímetros de alto y 75 centímetros de ancho. Se encuentra en el Staatliche Museen de Berlín. El cuadro fue colocado con gran ceremonia en 1474 sobre uno de los pilares de la iglesia florentina de Santa Maria Maggiore el día 20 de enero, la fiesta del santo. La ubicación de la pintura explica su formato, inusualmente largo. Ha sido costumbre común desde los tiempos medievales fijar pinturas en los pilares interiores de las iglesias. Con el transcurso del tiempo, sin embargo, estas pinturas se quitaron de sus emplazamientos originales, de manera que la perspectiva interior de las iglesias tal como aparecen hoy, con sus pilares sin adornos, de hecho son una imagen inexacta. Se representa al santo prácticamente desnudo, inmediatamente después del martirio. Su actitud es casi de "distanciamiento", soportando serenamente las seis flechas que se le han disparado. Viste sólo un taparrabos, está en pie sobre un tocón de un árbol que ha sido cortado en forma de poste y que se alza repentinamente en el centro del cuadro, en frente del paisaje y el cielo. La tortura ha pasado, los torturadores de Sebastián ya se han ido y están cazando en busca de garzas. La escena muestra a los torturadores abandonando el lugar, y este es un tema muy raro que no suele representarse. El paisaje está representado con gran detalle. En este cuadro de Botticelli la línea tensa y exasperada de sus contemporáneos se flexibiliza en una entonación casi elegíaca (M. Bacci). Dejando a un lado el retrato del Holofernes muerto en El descubrimiento del cadáver de Holofernes (1470-1472), puede considerarse que este San Sebastián es el primer desnudo masculino. El artista sigue las ideas clásicas en sus proporciones armónicas y equilibrado "contrapposto". Sin embargo, hay cierta inseguridad que se revela en el acortamiento de los pies del santo, confirmando que este cuadro pertenece a la fase primera de Botticelli

El Greco

El martirio de san Sebastián es una de las obras más destacadas del pintor renacentista Doménikos Theotókopoulos, El Greco. Se conserva en la Catedral de Palencia, y es la obra cumbre de su museo catedralicio. Se trata de una pintura realizada al poco de la llegada a España del pintor cretense, y presenta fuertes influjos de la pintura italiana contemporánea, que El Greco había tenido ocasión de conocer durante sus estancias en Roma y Venecia. El lienzo, de gran tamaño, muestra a un joven san Sebastián atado a un árbol, desnudo y con una flecha en el costado. La inestable postura del santo, con una pierna flexionada sobre una roca y la otra tocando la piedra con la rodilla y apoyada en el suelo, muestra un típico contraposto de raigambre clásica, y permite al artista mostrar detenidamente la musculatura del tronco y del brazo derecho, atado a la espalda. El otro brazo se encuentra extendido hacia el vértice superior derecho, con la mano caída, lo que acentúa la sensación de debilidad ante el martirio. El tronco y la cabeza se encuentran levemente inclinados hacia la izquierda, iniciando el cuerpo del santo una torsión o postura serpentinata típicamente manierista. Se ha señalado que tanto el aspecto heroico del santo, como el interés por el desnudo (muy poco común en la pintura española) y la postura inestable y forzada pueden ser ecos de la obra de Miguel Ángel, cuyas obras vio El Greco en Roma.1 El fondo presenta un cielo azul profundo con celajes blancos de aspecto metálico, típicos del pintor, y un breve paisaje con algunos árboles de tonalidades pardas y verdes, entre los que se mueven algunos personajes, muy diluidos en la lejanía, que pudieran ser los ejecutores del suplicio. La roca sobre la que se apoya san Sebastián lleva inscrita la firma del autor. El ambiente que rodea la figura es realista, incluyendo la representación exacta del árbol al que se ata al santo (una higuera), así como la veraz captación de su rostro. No hay referencia alguna a lo sobrenatural, salvo la mirada alzada al cielo del joven mártir. El artista utilizó una composición muy similar en una obra tardía, un San Jerónimo en penitencia, conservado en la National Gallery de Washington.2 El tema del martirio de san Sebastián lo trató el pintor en otro cuadro, igualmente de su época final y muy diverso formalmente del que tratamos, en el Museo del Prado.3 La gama cromática se presenta más reducida que lo habitual en el Greco, aun cuando presenta notable riqueza, destacando los matices grises y pardos de las carnaciones y el paisaje, en contraste con el brillante azul del cielo, velado en parte por las nubes. El tratamiento de la luz es interesante, con un foco lumínico cenital, pero destaca aquí la ausencia del rompimiento de gloria que posteriormente utilizará el pintor en obras de este tipo. El santo está resuelto con pinceladas gruesas y empastadas, al contrario del fondo, que las tiene más finas y sueltas. No se conoce con exactitud cómo llegó la pintura a la catedral palentina, ni cuál fue su ubicación original. Figuró en la exposición de "Las Edades del Hombre" que visitó la ciudad en 1999 con el nombre de "Memorias y esplendores". La obra apenas ha sufrido intervenciones y su estado de conservación es óptimo. Fue restaurada y limpiada con motivo de la exposición antológica de El Greco que se exhibió en Madrid, Nueva York y Tokio Las Piernas de San Sebastián es una obra de El Greco, realizada entre 1610 y 1614. Se conserva y exhibe en una de las salas del Museo Nacional del Prado en Madrid, España. La obra es un fragmento de otro lienzo, aunque se desconoce el momento y las causas que provocaron la mutilación. Visto desde abajo, el cuerpo está sumamente estilizado y muestra al fondo algunos edificios de la ciudad de Toledo. Como toda la obra final del pintor, está hecha a base de pinceladas muy sutiles y contrastes entre luz y sombra.

Rafael

San Sebastián (en italiano San Sebastiano) es una pintura del artista del Alto Renacimiento italiano Rafael Sanzio, que data alrededor de 1501-1502. Es una pintura al óleo con unas dimensiones de 43 centímetros de alto y 34 cm. de ancho. Se conserva en la Accademia Carrara de Bérgamo, Italia. La pintura aparece sucesivamente en la colección Zurla de Crema, luego al grabador Giuseppe Longhi y desde 1836 al conde Guglielmo Lochis que lo dio a su actual sede en el año 1866. Imagen sagrada destinada a la devoción privada es reconocida como obra de Rafael al inicio del periodo florentino. El cuadro presenta ligeras variaciones en relación con los motivos de Perugino. En esta pintura las graciosas posturas peruginescas y la brumosa transparencia del color característico de Francesco Francia, se fusionan de tal modo que indica claramente la presencia de Rafael. Su habilidad para componer formas claras y equilibradas se hará típica desde esta obra en adelante, lo mismo que la discreta y armoniosa destilación de los elementos formales de otros pintores en la visión clara y serena que parece característica de su temperamento artístico. Sebastián sostiene una flecha, el símbolo de su martirio, con el dedo meñique elegantemente alzado. Luce una magnífica capa roja y una camisa bordada de oro, con el cabello elegantemente peinado, no hay nada en esta figura que recuerde los tormentos que sufrió San Sebastián por su fe. Es una obra temprana típica, unánimemente atribuida a Rafael y, en su belleza ornamental y tono elegíaco, recuerda mucho a las obras de Perugino. El paisaje y el aspecto femenino de San Sebastián son influencia de Perugino, pero la mano emergente con la flecha hace pensar en un conocimiento de Leonardo. La construcción de la imagen en elipses entrecruzadas es totalmente rafaelesca.

Mattia Preti

San Sebastián es una pintura de Mattia Preti pintada hacia 1657. Originalmente estuvo instalada la iglesia del convento de San Sebastián de Nápoles y hoy se expone en el Museo de Capodimonte. Representa el martirio de Sebastián, cuando está siendo asaeteado. Se trata de un óleo sobre lienzo de 240 × 169 cm. Se calcula que fue realizado hacia 1657, durante la primera estancia en Nápoles del pintor calabrés Mattia Preti, quien muestra en esta obra una evidente influencia caravaggesca. Preti recibió el encargo de las monjas del convento de San Sebastián para pintar un cuadro sobre el santo con destino a la iglesia conventual. Una vez expuesto al público, causó un fuerte rechazo y recibió las críticas de Luca Giordano y de otros pintores locales, que juzgaron la obra como muy mediocre e inconveniente. El cuadro fue trasladado a una capilla privada en la iglesia de los Siete Dolores de Nápoles, donde permaneció hasta 1974, cuando se retiró por los problemas de seguridad en el templo. Actualmente se expone en el Museo de Capodimonte


Referencias
ÁLVAREZ LOPERA, José, El Greco, Madrid, Arlanza, 2005, Biblioteca «Descubrir el Arte», (colección «Grandes maestros»). SCHOLZ-HÄNSEL, Michael, El Greco, Colonia, Taschen, 2003 Catálogo de la Exposición "Memorias y esplendores". Fundación Las edades del hombre, 1999, ISBN: 978-84-88265-86-9.