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NASA

2012-08-06 | Tras gran expectativa en la cuenta regresiva, el explorador amartizó en la madrugada de este 6 de agosto de 2012; es el vehículo robot más complejo construido; buscan indicios de vida; Obama calificó el hecho como una "hazaña tecnológica sin precedentes"
Luego de una gran expectativa mundial, llegó la prueba más fehaciente del éxito de la misión más avanzada a Marte por parte de la NASA . "Un día fue un pequeño paso para el hombre. ahora son seis grandes ruedas. Aquí tiene una de ellas sobre el suelo de Marte".

Con esta frase que trataba de emular las palabras de Neil Armstrong cuando dio su primer paso sobre la Luna y estremeció a la Tierra, el robot explorador Curiosity "escribió" en su cuenta de Twitter estas palabras, acompañadas por una preciosa foto, que resumieron el éxito de su llegada al planeta rojo a las 2.31 de hoy por la madrugada después de más de ocho meses de viaje, con 570 millones de kilómetros recorridos y un arriesgado descenso que involucró a tres satélites en órbita marciana, ángulos precisos de ingreso a la atmósfera, el mayor paracaídas jamás construido, una enorme grúa, retrocohetes, cables y una magnífica precisión para que no hubiese errores.

"Ingreso a la atmósfera a 13.000 millas por hora (20.000 kilómetros por hora). Apertura de paracaídas. Caída a 9 metros por segundo. La grúa comienza a funcionar. Estable. Retrocohetes encendidos. Hicimos contacto con el suelo". Así se vivió, con enorme expectativa la transmisión en vivo que realizó la agencia espacial estadounidense, con más de 100 ingenieros, científicos y especialistas siguiendo los datos que recibían desde Marte.


Tal como se había planificado, la cápsula desplegó un gigantesco paracaídas cuando estaba a unos 11.000 metros de altura para frenar el descenso. A unos 20 metros del suelo, una grúa bajó el Curiosity, que desplegó sus seis patas de ruedas e inició su aventura en Marte.

La de la sonda espacial Odyssey, retransmitía a la Tierra los datos que aportaba el descenso de Curiosity, que cuando "amartizó", generó el desborde de alegría en los más de cien científicos que se veían en la sala del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL), en Pasadena, California. Uno de los más exultantes era el ingeniero argentino Miguel San Martín, que en primer plano de la cámara no podía dejar de abrazar a cada uno de sus colegas que lo rodeaban.



Un modelo a escala de la nave.  Foto:  Reuters 
  Un modelo a escala de la nave.  Foto:  Reuters Foto 1 de 5
Ocurre que San Martín era uno de los principales responsables del exitoso descenso de Curiosity en Marte, como ingeniero de vuelo. "O mi Dios, que grande es esto. Vemos los datos de la telemetría de la sonda. Son correctos", se escuchaba en la transmisión por Internet a todo el mundo.

Cuando los científicos comenzaban a serenarse, luego de los abrazos, gritos y felicitaciones que se daban entre sí en la sala de control, la euforia revivió al punto de volverse casi incontrolable. Después de un minuto y medio de haber tocado suelo marciano, la primera imagen de Curiosity sobre Marte se reflejaba de forma clara y contundente sobre la pantalla principal del salón.

"Veo la rueda. Esto es increíble. Estamos en Marte. Tenemos la primera imagen y podemos ver una rueda y la sombra del robot", se escuchó por los parlantes. La emoción y la alegría, después de casi nueve años de trabajo, que involucró a unas 3000 personas y un presupuesto de 2500 millones de dólares, eran incontenibles.

Por su parte, el presidente estadounidense Barack Obama saludó el exitoso descenso hasta suelo marciano del robot de la NASA. "El exitoso descenso de Curiosity constituye una hazaña tecnológica sin precedentes que permanecerá en el futuro como un momento de orgullo nacional" para Estados Unidos, dijo el mandatario a través de un comunicado.

BÚSQUEDA DE INDICIOS DE VIDA

El Laboratorio Científico de Marte (MSL, por sus siglas en inglés), dentro de Curiosity, que buscará las posibles evidencias de un entorno favorable microbiano, incluidos los ingredientes químicos de la vida, fue descripto como la nueva "máquina de ensueño" por los científicos de la NASA, que vienen trabajando en este proyecto desde 2003 con una inversión de 2500 millones de dólares.

Para ello, los científicos dispusieron que descienda en el cráter Gale, que surgió por el impacto de un meteorito hace más de 3000 millones de años, ya que creen que con el paso del tiempo, los sedimentos llenaron el cráter de más de 150 kilómetros de ancho y los vientos esculpieron la montaña de casi 5 kilómetros de altura, llamado el Monte Sharp.

Así, las pilas de capas de roca del Monte Sharp se pueden leer como las páginas de un libro: los depósitos más antiguos se encuentran en la base y a medida que se avanza hacia la cima está el material más reciente, lo que ofrece un registro de la historia de Marte a través del tiempo.

Imágenes desde el espacio revelan señales de agua en las capas inferiores de la montaña, como pliegos minerales de arcillas y sales de sulfato, que se forman en presencia de agua. Pero la vida como la conocemos necesita algo más que agua: también necesita nutrientes y energía.

Por eso, el vehículo, que puede recorrer unos 20 kilómetros por día, dispone de un brazo mecánico de 2,10 metros, dotado de un martillo y un cañón láser capaz de romper y vaporizar las rocas. El brazo podrá tomar el polvo obtenido e introducirlo en conductos para el análisis químico y biológico, mientras un espectrómetro analizán los gases liberados.

Los científicos dudan de que en ese lugar haya estructuras complejas de carbono, propias de la materia viva, porque recibe abundante radiación cósmica, pero bien podría hallarse algún rastro penetrando hasta los cinco centímetros bajo la superficie, que puede hacer Curiosity.

La misión, que durará un año marciano, es decir dos terrestres, buscará determinar si el ambiente marciano tiene o tuvo condiciones para albergar vida, ya fuera que ésta se gestara en el propio planeta o llegara en meteoritos.