Angelópolis, especulación y depredación inmobiliaria
El sur de Puebla crece entre privilegios, torres vacías y daño ecológico irreversible
Alejandro Carvajal Hidalgo*
Esta semana el gobernador Alejandro Armenta Mier colocó en el centro del debate público un problema fundamental: la ciudad de Puebla vive una contradicción urbana que no puede ni debe pasar desapercibida. Mientras miles de familias trabajadoras carecen de acceso a una vivienda digna o enfrentan condiciones precarias en asentamientos irregulares, el sur de la ciudad y particularmente la llamada “Angelópolis” se ha convertido en el epicentro de una fiebre inmobiliaria que ha puesto en jaque el equilibrio urbano, el medio ambiente y el derecho a la ciudad.
El gobernador Alejandro Armenta ha dicho con claridad que es momento de conciliar los problemas históricos de Puebla y frenar a los grupos inmobiliarios que, por décadas, han acaparado hectáreas a costa del bienestar colectivo. Es una afirmación valiente que comparto, porque no se puede seguir permitiendo que empresas como Grupo Proyecta, Lomas de Angelópolis o inversionistas ligados a intereses de poder utilicen el desarrollo urbano como fachada para una espiral de despojo, segregación y lucro desmedido.
En los últimos veinte años, la región de Angelópolis ha crecido sin planeación integral y bajo una lógica puramente especulativa. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), entre 2000 y 2020 la mancha urbana de Puebla aumentó más de 70 por ciento, principalmente hacia el sur y suroeste del municipio. Sin embargo, este crecimiento no ha sido sinónimo de bienestar social. Por el contrario, ha acentuado la desigualdad.
Mientras en zonas como San Andrés Cholula, San Pedro Cholula u Ocoyucan se han autorizado cientos de desarrollos cerrados, las reservas ecológicas y territorios comunales han sido devastados. Solo en la zona de Valsequillo se han perdido más de 400 hectáreas de suelo agrícola en la última década, de acuerdo con estudios de la BUAP. En el área de Angelópolis, el Parque Metropolitano ha sido testigo de un crecimiento depredador que amenaza con convertir los pocos pulmones verdes de la ciudad en estacionamientos de centros comerciales.
En mi carácter de legislador y como poblano he insistido en diversos espacios y a través de diferentes puntos de proposición de acuerdo la necesidad de regular con mayor firmeza a las inmobiliarias, revisar las concesiones, y sancionar el tráfico de influencias que permite este modelo de crecimiento excluyente, el llamado Cártel Inmobiliario de Puebla. No podemos seguir permitiendo que las políticas de uso de suelo estén determinadas por los intereses de unos cuantos empresarios, y no por las necesidades de las y los ciudadanos.
La llamada “Angelópolis” no puede seguir siendo una burbuja de privilegios. La ciudad tiene que ser para todas y todos. Y eso implica cambiar de raíz el modelo urbano que ha priorizado la ganancia sobre la vida, y el concreto sobre la dignidad. Coincido con lo dicho por el gobernador Armenta: es momento de frenar la depredación inmobiliaria; pero también es momento de construir una Puebla donde el derecho a la ciudad no sea un lujo, sino una garantía para todas las personas.
Domingo, Abril 13, 2025
*Diputado federal desde 2018 representando por mayoría relativa al Distrito VI. Estudió la Licenciatura en Derecho en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Fue dirigente de El Barzón poblano, y desde diferentes espacios de participación ha promovido acciones para construir bienestar en la sociedad.