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China 2030: Supremacía y desafíos para México

 China 2030: Supremacía y desafíos para México

China podría ser la mayor economía en 2030 y México debe ver esto como una oportunidad.


Alejandro Carvajal Hidalgo

China se ha transformado por completo. Sobre todo a partir de 1980, década en la que bajo el liderazgo de Deng Xiaoping, se impulsó una "Política de Puertas Abiertas”, que promovió la entrada de inversiones extranjeras, el desarrollo del capital humano y una estrategia de política exterior basada en el poder económico y el pragmatismo que sentó las bases de lo que podríamos ver en 2030: una China consolidada como la primera economía mundial.

De seguir bajo las tasas de crecimiento económico sostenidas, y con el actual reacomodo de las económicas mundiales en un mundo multipolar, China en 2030 podría representar el 30 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, es decir se consolidaría como la economía más grande del planeta, y bajo ese escenario, además podría terminar de posicionar su liderazgo en áreas clave como la tecnología, la innovación y la influencia geopolítica.

Este ascenso imparable plantea importantes desafíos para el mundo y, en particular, para México. Uno de los retos más evidentes será la creciente competencia económica. La expansión de China como líder en manufactura de alto valor agregado y tecnología avanzada significará una presión adicional para las economías emergentes que, como México, han dependido en gran medida de su capacidad manufacturera para competir en el mercado global.

Para nuestro país, este escenario representa tanto una amenaza como una oportunidad. Por un lado, la creciente influencia económica de China puede desplazar a México en sectores clave, como la manufactura y la exportación de bienes. Sin embargo, México también podría beneficiarse de una mayor integración económica con China, especialmente si logra posicionarse como un socio estratégico en América Latina, asumiendo el costo de alejarse de su principal socio comercial: Estados Unidos.

México puede ser un gran aliado de China por su cercanía con Estados Unidos, y no solo como un país de mano de obra barata. México puede ser un país de alta producción para la industria automotriz y electrónica, por ello, deberá fortalecer sus capacidades en investigación y desarrollo, y fomentar la innovación para mantenerse competitivo en un entorno global dominado por una China tecnológicamente avanzada.

El ascenso de China en 2030 marcará un punto de inflexión en la economía y la geopolítica global. Para México, esto representa un desafío complejo, pero también una oportunidad para redefinir su papel en el escenario internacional. La clave estará en cómo México se adapte a este nuevo orden global, aprovechando las oportunidades que surjan y enfrentando los retos con una estrategia clara y decidida. Solo así podrá asegurar su crecimiento y prosperidad en un mundo donde China podría ser la fuerza dominante.

@ACarvajal06

Domingo, Septiembre 8, 2024