En la antigua Inglaterra la gente no podÃa tener sexo sin contar con el consentimiento del Rey (a menos que se tratara de un miembro de la familia real). Cuando la gente querÃa tener un hijo, debÃan solicitar un permiso al monarca, quien les entregaba una placa que debÃan colgar afuera de su puerta mientras tenÃan relaciones. La placa decÃa: "Fornication Under Consent of the King" (F.U.C.K.). Ese es el origen de tan socorrida palabrita.
Durante la guerra de secesión, cuando regresaban las tropas a sus cuarteles sin tener ninguna baja, escribÃan en una gran pizarra "0 Killed" (Cero muertos). De ahà proviene la expresión "O.K." para decir que todo está bien.
En los conventos, durante la lectura de las Sagradas Escrituras, al referirse a San José decÃan siempre "Pater Putatibus" y por simplificar "P.P." Asà nació el llamar "Pepe" a los José.
Cada rey de las cartas representa a un gran rey de la historia:
Espadas: Rey David
Tréboles: Alejandro Magno
Corazones: Carlo Magno
Diamantes: Julio César
En el Nuevo Testamento en el libro de San Mateo dice "es más fácil que un camel pase por el ojo de una aguja a que un rico entre al Reino de los Cielos" el problemita es que San Jerónimo, el traductor del texto, interpretó la palabra camelos" como camello, cuando en realidad, en griego "Kamelos" es aquella soga gruesa con la que se amarran los barcos a los muelles, en definitiva, el sentido de la frase es el mismo, pero ¿cuál les parece más coherente?
Cuando los conquistadores ingleses llegaron a Australia, se asombraron al ver unos extraños animales que daban saltos increÃbles. Inmediatamente llamaron a un nativo (los indÃgenas australianos eran extremadamente pacÃficos) e intentaron preguntarle mediante señas. Al notar que el nativo siempre decÃa "Khan Ghu Ru" adoptaron el vocablo inglés "kangaroo" (canguro). Los lingüistas determinaron tiempo después el significado, el cual era muy claro. Los aborÃgenes querÃan decir "No le entiendo".
La zona de México conocida como Yucatán viene de la conquista cuando un español le preguntó a un indÃgena como llamaban ellos a ese lugar. El indio le dijo: Yucatán. Lo que el español no sabÃa era que le estaba contestando: "no soy de aquÃ".
Dice el refranero popular: UNO NO SE ACUESTA SIN SABER ALGO NUEVO..