10 Mayo 2022
La agencia de salud mundial considera que el país asiático debería “transitar a otra estrategia” y lograr un equilibrio entre las medidas de control y los derechos de la población. La OMS espera que la Cumbre Mundial sobre COVID-19 sirva para ampliar la vacunación y los tratamientos y llegar a un acuerdo sobre patentes.
La política de “cero COVID” que están aplicando las autoridades de China ante el último repunte de casos no es sostenible dado los conocimientos actuales sobre el coronavirus, dijo el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Creemos que no es sostenible si tenemos en cuenta el comportamiento del virus y lo que anticipamos para el futuro”, sostuvo el doctor Tedros Adhanom Gebreyesus.
“Ahora tenemos buen entendimiento del virus y buenas herramientas. Transitar a otra estrategia sería muy importante. Lo hemos hablado con expertos chinos y hemos indicado que el enfoque no es sostenible y creo que un cambio sería muy importante”, añadió Tedros.
En el marco de la política de "cero-COVID", grandes áreas de población en China están confinadas para acabar con la propagación del coronavirus, incluso si sólo un pequeño número de personas da positivo.
Las medidas en Shanghái han sido especialmente estrictas, y sólo se permite a los residentes salir de los recintos por razones excepcionales, como una emergencia médica. A muchos ni siquiera se les permite salir de la puerta de su casa.
El director de emergencias de la Organización, Michael Ryan, dijo que, dado que China ha logrado mantener un número relativamente bajo de fallecidos, con 15.000 muertos durante la pandemia, es entendible que las autoridades quieran controlar los últimos brotes, pero cualquier política debe tener en consideración los derechos humanos. “Siempre hemos dicho como OMS que hay que lograr un equilibrio entre las medidas de control y el impacto que tienen en la sociedad y en la economía, y que no siempre es una ecuación fácil”, subrayó Ryan.
Los casos de COVID-19 han aumentado en más de 50 países, lo que “pone de manifiesto la volatilidad de este virus”, apuntó Tedros.
Ómicron, concretamente BA.4 y BA.5, está impulsando el repunte en Sudáfrica, mientras que BA.2 es la dominante en todo el mundo.
La inmunidad relativamente alta de la población gracias a la vacunación y a las oleadas anteriores está manteniendo las tasas de hospitalización y de mortalidad a un nivel comparativamente bajo respecto a las oleadas anteriores.
“Pero esto no está garantizado en los lugares donde la cobertura de vacunación es baja”, insistió.
La OMS sigue abogando por que todos los países trabajen para conseguir un 70% de vacunación, empezando por inmunizar y reforzar a los más vulnerables.
La cuarta dosis, solo para personas inmunodeprimidas
Por eso, la OMS considera que los países no deben ofrecer una cuarta dosis de la vacuna a todos los adultos.
"Sabemos que en algunos grupos la inmunidad declina rápidamente. Si uno es mayor o tiene una enfermedad que afecta al sistema inmunitario, si está en tratamiento de esteroides, con medicación para el cáncer o con diabetes severa, entonces el sistema inmunitario no responde bien y una cuarta dosis puede ayudar", explicó la científica jefa de la organización, Soumya Swaminathan. "No hay datos específicos que justifiquen recomendar la cuarta dosis de manera más amplia".
La prioridad, insistió, es hacer llegar las vacunas a aquellos que aún no han recibido las primeras dosis. En Africa, sólo el 15 % de la población está vacunada con dos dosis. En particular, añadió, hay que centrarse en las personas mayores y trabajadores de la sanidad. "En África, solo el 26 % de la población mayor de 60 años está completamente vacunado y esto es muy preocupante porque en cualquier futuro brote, como lo que estamos viendo en algunos países, ese grupo estará en riesgo de desarrollar una enfermedad grave", agregó.
Cumbre Mundial sobre COVID-19
Empleados trabajando en la cadena de producción de una vacuna COVID-19 en la India.UNICEF/Dhiraj Singh
Empleados trabajando en la cadena de producción de una vacuna COVID-19 en la India.
Con este telón de fondo, la Cumbre Mundial sobre la COVID-19 copatrocinada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que se celebrará de forma virtual este jueves, es otra oportunidad “para prepararnos para lo peor, de modo que los países estén en la mejor posición para responder a lo que venga”.
Tedros afirmó que los peores escenarios incluyen una variante que evada la inmunidad actual, se transmita más fácilmente o cause una mayor mortalidad.
“Esta pandemia no ha terminado y necesitamos que todos los líderes den un paso adelante para reforzar la inmunidad de la población y trabajar colectivamente para hacer llegar las pruebas, los tratamientos y las vacunas a las poblaciones del último tramo”, sostuvo.
La OMS también espera ver avances en la Cumbre para que los antivirales -como el nirmatrelvier/ritonavir- y las pruebas se repartan de forma equitativa en todo el mundo.
La Organización está trabajando con los socios de Acelerador ACT para conseguir contratos que puedan aumentar la disponibilidad y la asequibilidad.
“Demasiados países, incluyendo la mayor parte de América Latina, no pueden acceder al medicamento en este momento”, dijo Tedros, que hizo varias peticiones a la farmacéutica Pfizer.
En primer lugar, es necesario aumentar el alcance geográfico de las licencias que Pfizer ha firmado con el Medicines Patent Pool.
En segundo lugar, “los precios de los medicamentos deben ser asequibles para los países y transparentes”.
En tercer lugar, no debe haber requisitos contractuales adicionales que obstaculicen o retrasen el acceso a nivel nacional. “Los retrasos cuestan vidas”, sostuvo.
En cuarto lugar, hay que seguir apoyando el aumento de la fabricación de genéricos en todo el mundo para poder aumentar rápidamente el suministro.
En ese sentido, el etíope dijo que en la Cumbre Mundial los líderes deben llegar a un acuerdo sobre la exención temporal de la propiedad intelectual de las herramientas de COVID-19, cuya negociación permanece atascada en la Organización Mundial del Comercio.
“La semana pasada estimamos que casi 15 millones de personas han muerto ya por COVID-19, ¿esperamos a que se produzca una pandemia peor para activar la exención?”, concluyó.
Los efectos de la pandemia en la migración
Aunque gran parte de las restricciones de movilidad por el COVID se han levantado, los migrantes y viajeros siguen enfrentándose a mayores costes, así como a demoras en la tramitación de visados y viajes, según un informe de la Organización Internacional para las Migraciones.
Con las oportunidades de desplazarse por las canales regulares limitadas por la pandemia, y peores condiciones económicas y sociales en muchos países, la migración irregular aumentó a través del Mediterráneo, África y desde América Latina y el Caribe hacia la frontera con Estados Unidos.
Los costes de los viajes -incluidos los relacionados con las pruebas y la cuarentena- siguieron ampliando la brecha entre los que se desplazan y los que no, y los canales regulares de migración sólo son accesibles para los que pueden asumir costes más elevados.