Impunes y sobre dos ruedas: asaltan casetas del Arco Poniente en Texmelucan
Texmelucan, Puebla. — La noche cayó como siempre, pero la seguridad volvió a faltar. Un grupo de sujetos armados, a bordo de motocicletas, irrumpió en las casetas del Libramiento Arco Poniente —ubicadas entre San Martín Texmelucan y Huejotzingo— y ejecutó un asalto con precisión, sin disparar una sola bala, pero sembrando el miedo entre el personal, mayoritariamente mujeres.
El atraco ocurrió la noche del viernes. Según reportes oficiales, los agresores amagaron con armas de fuego a las cajeras que operaban en ese momento y las despojaron del dinero en efectivo de los ingresos del día. La ruta de escape fue tan rápida como predecible: rumbo a los terrenos de cultivo de San Juan Tuxco, donde la oscuridad es aliada y la presencia policiaca es nula.
El operativo de búsqueda activado por la Policía Estatal fue tan inútil como frecuente. Patrullas que llegaron tarde, persecuciones simbólicas, y el mismo saldo: cero detenidos, cero resultados. Las víctimas, por su parte, tuvieron que presentar la denuncia ante el Ministerio Público, como si la acción burocrática compensara la ausencia de un Estado preventivo.
El Libramiento Arco Poniente, que alguna vez fue presentado como infraestructura para el “desarrollo vial seguro” en la zona metropolitana, hoy es otro escenario de abandono y criminalidad rutinaria. No es la primera vez que las casetas son blanco de atracos —aunque pocas veces trascienden a los medios—, y no será la última mientras sigan operando con mínima vigilancia y sin protocolos de seguridad real.
La violencia en Texmelucan y Huejotzingo no se expresa únicamente en homicidios y ejecuciones, sino también en estos actos cotidianos que pasan por alto en las agendas públicas, pero que desnudan un modelo de seguridad reactivo, fragmentado y claramente superado por la delincuencia organizada… o desorganizada, da lo mismo.
Porque en Puebla, incluso las casetas son botín. Y mientras tanto, las trabajadoras que cobran peaje lo hacen con la certeza de que nadie les garantiza volver seguras a casa.