Crónicas de la Podredumbre Municipal (XI): Zacapoaxtla, el adoquín invisible y los caminos fantasmas
Por Carlos Charis
14 de mayo de 2025
En Zacapoaxtla, el gobierno municipal de Everardo Báez Núñez presume en sus redes sociales haber pavimentado más de 35 calles durante su gestión 2021–2024. En los informes entregados al Congreso local, se detallan obras de infraestructura por más de 18 millones de pesos, con nombres rimbombantes como “Programa de Fortalecimiento a la Infraestructura Vial de la Sierra Nororiental”.
Sin embargo, al recorrer las comunidades de Comaltepec, San Juan Tahitic y Xaltetela, lo que se encuentra es barro, terracería, piedras sueltas y caminos apenas transitables. En varios puntos, los vecinos confirman que nunca hubo maquinaria, ni trabajadores, ni cemento. “Lo único que vimos fue a unos señores tomar fotos con cascos puestos y luego se fueron”, relata don Aurelio, habitante de Tahitic.
La Auditoría Superior del Estado (ASE), en su revisión de la Cuenta Pública 2023, confirmó lo que los vecinos llevan años denunciando: de las 35 calles reportadas como pavimentadas, al menos 18 no existen físicamente. Otras 7 están a medio terminar, abandonadas desde 2022. De las obras concluidas, se hallaron anomalías en el grosor del concreto, mala compactación del suelo y falta de drenaje, lo que provocó que se destruyeran en menos de 6 meses.
Las irregularidades detectadas ascienden a 12 millones 407 mil pesos por concepto de:
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Obra pública pagada y no ejecutada
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Materiales facturados con sobreprecio (hasta 312% más caros que en mercado local)
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Empresas constructoras fantasma ligadas a familiares del edil
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Contratos adjudicados sin licitación ni dictamen técnico
Una de las empresas responsables, “Constructora Zapoxtli S.A. de C.V.”, fue constituida apenas en 2021, sin maquinaria propia, sin registro en el Padrón de Contratistas del estado, y con domicilio fiscal en una vivienda particular en San Andrés Cholula.
La ASE determinó 14 pliegos de observaciones, una promoción de responsabilidad administrativa sancionatoria contra el director de Obras Públicas y la tesorera municipal, y solicitó al Congreso iniciar un procedimiento de fincamiento de responsabilidades.
En Zacapoaxtla, el adoquín se volvió símbolo del cinismo: facturado, justificado y pagado… pero invisible. “Aquí no pavimentaron calles. Pavimentaron su futuro político”, dice la maestra Alba, quien organiza un comité ciudadano de vigilancia.
Mientras las autoridades estatales deliberan acciones legales, el lodo sigue tragándose los pies de quienes aún creen que el progreso debe verse, no solo declararse.