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Ejecutan a El Papas tras irse a echar unas cervezas en La Margarita

 Ejecutan a “El Papas” tras compartir cervezas con su presunto asesino en La Margarita


Por José Herrera
14 de mayo de 2025

En Puebla, la violencia volvió a cebarse sobre los márgenes invisibles de la convivencia urbana. Esta vez fue en la Unidad Habitacional La Margarita, donde Raúl N., conocido por su círculo más próximo como “El Papas”, fue ejecutado a balazos en la madrugada del miércoles, tras haber salido a “echar unas chelas” con un viejo conocido.

Según las primeras indagatorias, Raúl —de 45 años— le dijo a su padre que saldría a tomar unas cervezas con amigos. Nunca regresó con vida. Horas después, un conocido se presentó en su domicilio para informar que le habían disparado en plena vía pública. Cuando los servicios de emergencia arribaron al lugar, Raúl ya no tenía signos vitales.

El cuerpo fue hallado entre casquillos percutidos. La escena fue procesada por peritos de la Unidad Especializada en Homicidios Dolosos de la Fiscalía General del Estado (FGE), que inició una carpeta de investigación sin detenidos y sin móvil definido.

Vecinos consultados por este medio —bajo condición de anonimato— refieren haberlo visto bebiendo con al menos otro hombre antes de que los ánimos se tornaran violentos. No escucharon una discusión clara, pero el estruendo de los disparos dejó poco margen para la duda: alguien quería a “El Papas” muerto.

Raúl, dicen, no era precisamente ajeno a los vaivenes de la noche ni a las lealtades dudosas que florecen en los intersticios del tejido urbano. Sin embargo, no era considerado un objetivo evidente, al menos no para quienes lo conocían desde niño, cuando jugaba en los pasillos de concreto armado de La Margarita, antes de que las cervezas y la calle se volvieran su territorio más frecuente.

El crimen se suma a una serie de ejecuciones que, en Puebla, muestran una violencia cada vez más personalizada y certera, como si se ajustaran cuentas que nadie fuera del círculo entiende, pero todos temen. La Margarita, otrora emblema de urbanismo moderno de interés social, hoy carga con una fama que la aleja de toda utopía habitacional: crimen, abandono, omisión institucional.

Mientras tanto, la familia de “El Papas” llora su ausencia sin entender por qué una noche de cervezas acabó en muerte. En el lugar de los hechos, aún se percibe el olor metálico de la sangre y la pólvora. Y como en tantos casos recientes en Puebla, lo único seguro es el silencio de los que saben más, pero prefieren callar.


José Herrera escribe sobre violencia urbana, corrupción e impunidad para EPrensa