Renuncia el alcalde prófugo de Ahuazotepec; Cabildo y autoridades estatales guardan silencio
En un movimiento que exhibe el deterioro institucional en Ahuazotepec, el alcalde Alfredo Ramírez Hernández presentó su renuncia irrevocable al cargo, mientras continúa prófugo de la justicia. La dimisión fue aceptada en silencio por un Cabildo que también había renunciado en días previos, dejando al municipio en un vacío político y legal.
La carta, fechada el 5 de junio, fue dirigida a los integrantes del Ayuntamiento. En ella, Ramírez Hernández alega “motivos personales” y asegura que su decisión fue voluntaria y tomada “en pleno uso” de sus derechos político-electorales, una afirmación que contrasta con su estatus actual de prófugo, señalado en investigaciones por presuntas actividades ilícitas.
El documento fue turnado al gobernador Alejandro Armenta Mier y a la presidenta de la Junta de Gobierno del Congreso del Estado, Laura Artemisa García Chávez, sin que hasta ahora se haya emitido una postura oficial por parte de ninguna autoridad estatal. Tampoco se ha informado sobre los pasos a seguir ante la renuncia de un edil evadido de la justicia.
Cabe recordar que el 16 de mayo la Fiscalía General del Estado cateó una propiedad del alcalde en el centro de Ahuazotepec, donde fue detenido su hijo, Tadeo N., entonces director del DIF Municipal. Desde entonces, Alfredo Ramírez desapareció del radar público. El 28 de mayo, la Secretaría de Seguridad Pública confirmó que se encontraba prófugo.
Previo a su renuncia, el Cabildo le había otorgado una segunda licencia por 28 días, supuestamente por motivos de salud, mientras las investigaciones se intensificaban. El regidor de Obra Pública, Esteban Carmona Amador, fue nombrado como encargado de despacho, en un intento por mantener operativa la administración municipal.
La salida del alcalde se suma a una serie de actos que reflejan la fragilidad del sistema político municipal y la persistente simulación institucional, en la que se otorgan licencias a funcionarios investigados penalmente mientras se les permite huir, sin consecuencias ni claridad sobre las responsabilidades del Estado.