Con respaldo técnico y rumbo normativo, entra en vigor ley que permite el encalado de árboles en Puebla
Con base en criterios científicos y aval de autoridades fitosanitarias, el Congreso del Estado de Puebla aprobó y publicó en tiempo récord la reforma a la Ley de Arbolado que permite el encalado de troncos, una práctica milenaria de protección vegetal que ahora podrá aplicarse bajo lineamientos técnicos definidos. La reforma entró en vigor el mismo 5 de junio tras su publicación en el Periódico Oficial del Estado (POE).
Con esta reforma, el artículo 23 de la Ley permite el uso de cal hidratada en solución con agua, excluyéndola de las prácticas que afectan el cuerpo de los árboles, como grafitis, perforaciones o químicos agresivos.
“Cuidar un árbol es un acto de amor hacia el planeta, hacia las generaciones futuras y hacia nosotros mismos”, señala el decreto, publicado en el tomo DCII número 4, sexta sección del POE.
Técnica con sustento, no solo costumbre
La modificación está respaldada por el Comité Estatal de Sanidad Vegetal de Puebla (CESVP) y los manuales del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), que reconocen los beneficios del encalado cuando se realiza bajo criterios científicos: reduce el uso de pesticidas, previene plagas y enfermedades, disminuye el estrés arbóreo y, en ciertas condiciones, contribuye a la conservación del arbolado urbano.
A partir de ahora, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural será la encargada de definir los parámetros de aplicación: especies aptas, frecuencia, concentraciones y condiciones climáticas específicas. Es decir, no se trata de permitir el encalado sin control, sino de normarlo con base en evidencia técnica.
Desacuerdos de asociaciones civiles
Como es común en reformas ambientales, la iniciativa no estuvo exenta de críticas. Diversas agrupaciones sociales y colectivos ambientales —algunos con legítimo interés por el arbolado urbano— expresaron su desacuerdo antes de la votación, argumentando que el encalado podría alterar el equilibrio ecológico del suelo o generar una falsa imagen de cuidado.
Entre las organizaciones inconformes figuran Árboles Patrimoniales de Puebla, Periferia Verde, Puebla Vigila, Mujeres Construyendo Barrio, entre otras. Las críticas apuntan principalmente a que la reforma recupera una práctica tradicional que —dicen— carece de sustento científico actualizado.
Sin embargo, los órganos técnicos especializados consultados por el Congreso estatal y la Secretaría de Agricultura tienen otra visión. Lejos de basarse en la costumbre, la iniciativa recupera prácticas agroecológicas con respaldo normativo, que ya se aplican en zonas agrícolas con resultados comprobados y ahora se adaptarán al contexto urbano con parámetros claros.
Regulación no es improvisación
La reforma responde al interés del gobierno estatal por fortalecer el marco jurídico de manejo del arbolado urbano, sin caer en prohibicionismos inflexibles ni prácticas simuladas. En ese sentido, el gobernador Alejandro Armenta ha promovido una agenda ambiental que busca conjugar el cuidado del entorno natural con criterios técnicos, inversión pública y corresponsabilidad ciudadana.
En contraste con las posturas maximalistas de algunos membretes sociales, esta reforma representa una vía de regulación con respaldo institucional. Lejos de permitir la improvisación o el daño a los árboles, establece una ruta clara para su protección efectiva.