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A pareja y abandonan sus cuerpos junto a la Puebla-Orizaba

Crimen con sello de impunidad: ejecutan a pareja y abandonan sus cuerpos junto a la Puebla-Orizaba  


6 de junio de 2025

Amozoc, Puebla.— La brutalidad con la que fueron asesinados un hombre y una mujer, cuyos cuerpos aparecieron la mañana del jueves a la orilla de la autopista Puebla-Orizaba, volvió a exhibir la inoperancia del aparato de seguridad pública en uno de los tramos carreteros más transitados y, paradójicamente, más custodiados del estado.

Fue un ciudadano quien, pasadas las nueve de la mañana, alertó a los servicios de emergencia sobre la presencia de dos cuerpos inertes a un costado del kilómetro 143, en el tramo correspondiente al municipio de Amozoc. Ambos yacían boca arriba, con los brazos y piernas extendidos, como si su disposición hubiese sido deliberada. Como si el mensaje importara más que el sigilo.

La escena fue acordonada primero por policías municipales, y después por efectivos del Ejército y la Guardia Nacional. La llegada de paramédicos sólo confirmó lo evidente: la pareja estaba muerta, con visibles huellas de violencia, principalmente en el rostro. Fuentes extraoficiales refieren que las víctimas también presentaban impactos de bala, aunque la versión no ha sido oficialmente corroborada por la Fiscalía General del Estado (FGE).

El hallazgo encendió las alertas no solo por la saña del crimen, sino por el contexto: apenas un día antes, autoridades federales y estatales habían presumido públicamente el reforzamiento de la vigilancia en esa misma vialidad, supuestamente para disuadir la creciente ola delictiva que azota el corredor Puebla-Orizaba-México.

A pesar de los sobrevuelos, los retenes y los despliegues “estratégicos”, nadie vio nada. Nadie escuchó nada. Nadie —ni por tierra ni por aire— se percató del momento en que los cadáveres fueron abandonados en un predio despoblado, a menos de 20 metros de la autopista.

Como ha sucedido en otros casos recientes, las autoridades se apresuraron a abrir una carpeta de investigación. Se analiza si alguna de las víctimas tenía ficha de búsqueda, pero hasta el cierre de esta edición, no se ha confirmado su identidad ni se tienen pistas claras sobre los responsables.

La escena —dos cuerpos violentados, arrojados a plena luz del día, en una vía federal— no solo habla de un crimen atroz. Habla de un mensaje. Y de un Estado que, pese a su discurso, sigue llegando tarde… o simplemente no llega.