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“Los dientes de Marfa” (parte XIII)

“Los dientes de Marfa” (parte XIII)

Caso de autolesión inducida por psicosis religiosa en Nizhni Nóvgorod, Rusia (2022)
Por J.Herrera | Nizhni Nóvgorod, Rusia, 2025

“Cada diente que entrego es un pecado que no heredará mi hija.”
—Últimas palabras registradas de Marfa Kovalchuk


I. La madre que susurraba al hielo

En enero de 2022, en el pueblo de Bolshie Vyazyomy, a orillas del Volga congelado, se reportó un caso insólito.
Marfa Kovalchuk, de 38 años, fue hallada semidesnuda en su sótano, en posición fetal, con la boca cubierta por una costra de sangre.

Junto a ella, envueltos en lino bendito, había treinta y dos dientes humanos perfectamente alineados.


II. La maldición de los dientes de leche

Marfa vivía sola con su hija Alina, de seis años.
Vecinos reportaron que, desde hacía meses, la madre se comportaba de forma errática: hablaba con las paredes, lloraba frente al horno apagado, y decía que una sombra se sentaba sobre la cuna de su hija cada medianoche.

“No es el diablo. Es peor. Es la culpa.”
—dijo al párroco del pueblo antes de desaparecer por tres días.

Según su diario, que fue recuperado por las autoridades, Marfa creía que una entidad llamada Smut (un espíritu del folclore ruso vinculado a la guerra, el hambre y la peste) había maldecido su linaje.


III. Expiación por dentadura

Durante semanas, Marfa comenzó a sacarse los dientes uno por uno con una cuchara y un alicate de costura.
Lo hacía en ayuno, rezando un padrenuestro por cada extracción.

Su hija, según testimonios médicos, estaba bien alimentada, sana y sin signos de maltrato.
Todo el sacrificio era “para que Smut no se la llevara”, escribió Marfa.

“No quiero que le duelan los dientes cuando se duerma.
Que duelan en mí, no en ella.”
—Marfa, cuaderno de oración, página 27


IV. El grito en la iglesia

El 6 de febrero, durante la misa ortodoxa, Marfa entró descalza a la iglesia local, con la boca abierta como una caverna oscura, mostrando las encías rotas.
Colocó los 32 dientes frente al altar y gritó:
“He pagado por ella. No la toques.”

Fue internada de inmediato en el Hospital Psiquiátrico de Gorki.
No volvió a hablar.

Su hija fue enviada con familiares a San Petersburgo. Según psicólogos, Alina no recuerda a su madre ni la maldición.


Una nota clínica posterior decía:

“Marfa muestra una fe inquebrantable: no en Dios, sino en el dolor como moneda.”