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Crónicas de la Podredumbre Municipal (V): Texmelucan, donde la basura huele a gasolina y las patrullas a concesión política

Crónicas de la Podredumbre Municipal (V): Texmelucan, donde la basura huele a gasolina y las patrullas a concesión política

Por Carlos Charis



9 de mayo de 2025

San Martín Texmelucan, tierra de comercio, ferias y explosiones. Aquí donde la frontera entre legalidad e impunidad se diluye como aceite viejo sobre el pavimento, también se diluyeron millones de pesos públicos entre patrullas fantasma, basureros maquillados y contratos con aroma a nepotismo.

La cuenta pública de 2023 del ayuntamiento texmeluquense es una sinfonía de dispendio: 11 millones de pesos para la modernización del relleno sanitario, aunque el basurero sigue oliendo a estiércol, plástico derretido y promesas de campaña. El contrato fue otorgado a una empresa sin experiencia en manejo de residuos sólidos... pero con una buena amistad en la tesorería. La magia del compadrazgo, versión biodegradable.

También se reportaron 14 nuevas patrullas. Pero en realidad solo llegaron cinco, todas arrendadas. Lo demás quedó en facturas infladas, pólizas vencidas y comisiones discretas para el proveedor. Cada vehículo, según el contrato, costaba más que una Suburban blindada del Ejército. ¿Y quién los audita? Nadie. Porque la Contraloría Municipal sigue ocupada revisando vales de gasolina de 2020.

En el rubro de “Gastos para la Prevención del Delito” aparecen más de 3 millones utilizados en “material didáctico y talleres para jóvenes en situación de riesgo”. ¿Y cuál fue el taller más caro? Uno llamado “Sé tú mismo”, que consistía en proyectar películas de Disney en el auditorio municipal mientras un regidor daba discursos sobre autoestima. Por supuesto, sin psicólogos, sin metodologías, sin evaluación. Pero eso sí: con coffee break y galletas de canela.

En el Parque Industrial Quetzalcóatl, la “rehabilitación de luminarias” costó 2 millones. Pero la mitad de los postes siguen apagados, y la otra mitad solo funciona cuando el alcalde hace giras.

Y si hablamos de ayudas sociales, se destinaron 6 millones… de los cuales más de la mitad fue canalizada a “personas sin identificación oficial”, sin CURP, sin firma, sin rostro. Un ejército invisible de beneficiarios que cobran en efectivo, pero no votan porque, en teoría, no existen.

Texmelucan, tan cerca del capital, tan lejos de la decencia.

Aquí, los baches no se tapan: se facturan.
La basura no se recoge: se subcontrata.
Y la seguridad no se garantiza: se presume en redes sociales con uniformes prestados.