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Tepeaca: entre el combate estatal al huachigas y el abandono municipal frente a la delincuencia

Tepeaca: entre el combate estatal al huachigas y el abandono municipal frente a la delincuencia
Por José Herrera

23 de mayo de 2025

En Puebla, la estrategia de seguridad implementada por el gobierno estatal ha logrado contener el crecimiento del crimen organizado en diversas regiones, pero Tepeaca sigue siendo la gran excepción. A pesar de los operativos conjuntos entre la Secretaría de Seguridad Pública y la Guardia Nacional, el municipio gobernado por Alfredo Velázquez se ha convertido en el epicentro poblano del huachigas, con un preocupante aumento del 17.6% en denuncias por delitos del fuero común en el primer cuatrimestre de 2025.

Los datos de la Fiscalía General del Estado son claros: 314 denuncias entre enero y abril de 2025, frente a las 267 del mismo periodo del año anterior. El incremento evidencia un fenómeno que va más allá de los números: la ausencia de autoridad local efectiva frente a una ciudadanía que vive bajo la sombra del miedo y la incertidumbre.

El Estado interviene, el municipio se deslinda

Mientras el gobierno estatal redobla esfuerzos con operativos, inteligencia y coordinación interinstitucional, la administración municipal de Tepeaca permanece estática, rebasada o en el mejor de los casos, indiferente. La falta de inversión en prevención del delito, de vigilancia estratégica y de proximidad con la ciudadanía ha provocado que delitos como el robo de vehículos, las lesiones dolosas y la violencia familiar escalen sin freno.

Tan solo en marzo, se registraron 92 denuncias, el pico más alto del cuatrimestre. El robo de vehículos alcanzó 64 casos en total, siendo marzo nuevamente el mes más crítico, con 22 unidades hurtadas. Los robos a casa habitación pasaron de 3 en 2024 a 8 en 2025, reflejando el abandono de los barrios y la falta de patrullajes efectivos.

Huachigas: herencia de impunidad municipal

La explosión de tomas clandestinas en Tepeaca no es un fenómeno nuevo, pero sí es uno que ha prosperado ante el silencio y la permisividad de las autoridades locales. El Estado ha tenido que entrar donde el ayuntamiento no puede —o no quiere— actuar. Las recientes intervenciones para desmantelar redes de distribución ilegal de gas LP han sido encabezadas por fuerzas estatales, no por la policía municipal, que se limita a funciones administrativas o de tránsito.

Gobierno estatal: firmeza ante la omisión

Es importante reconocer que la administración estatal ha sostenido una postura firme contra el crimen organizado, desplegando operativos y reforzando la presencia policiaca en las zonas más afectadas del Triángulo Rojo. Sin embargo, en municipios como Tepeaca, los esfuerzos estatales chocan con la falta de colaboración y corresponsabilidad del gobierno local, lo que vuelve ineficientes o temporales los avances logrados.

El gobernador ha reiterado su compromiso con la seguridad y la legalidad en toda la entidad, pero para que eso se traduzca en resultados tangibles, los alcaldes deben dejar de lavarse las manos y asumir su responsabilidad constitucional en materia de prevención y atención de la delincuencia.

¿Hasta cuándo el vacío municipal?

Mientras los habitantes de Tepeaca exigen soluciones, la administración de Alfredo Velázquez se muestra más preocupada por la imagen que por los hechos. En un contexto donde el crimen aprovecha cada rendija de impunidad, la omisión es complicidad.

Tepeaca no necesita discursos ni pretextos, necesita autoridad, coordinación y presencia real. Y si el municipio no puede garantizarla, que al menos no estorbe a quien sí lo está intentando.